(CNN Radio Argentina) – Romina Moya, enfermera del servicio de neonatología del Hospital Penna de Bahía Blanca, relató este martes en Regreso CNN con Mariana Arias y Pepe Gil Vidal cómo fue la situación en el hospital durante la inundación.
“Nunca nos imaginamos inundarnos. Nosotras tenemos una residencia de madres, así que lo primero que se nos ocurrió fue ir a buscar a las mamás para que nos ayuden, brindarles calma y pedirles más colaboración para empezar a ver a dónde movíamos los bebés. Tenemos tres alas. Los que estaban mejor los subimos a la residencia de madres con sus mamás y algunos con unas compañeras, y los otros decidimos trasladarlos a pediatría porque necesitaban oxígeno y otro tipo de atención”, contó la enfermera.
Según Moya, “no tenemos protocolizado este tipo de situaciones, pero estamos acostumbradas a actuar en emergencia. Como es un servicio de alta complejidad, vivimos en emergencia constante y podemos manejarnos bien en esas situaciones”.
“Pude entrar al hospital 6:20 de la mañana aproximadamente porque la calle estaba muy inundada. Pensé en mis compañeras que se querían ir y crucé la calle como pude para ingresar. Esperábamos algunas goteras. Nos planteamos mover algunos bebés del área del fondo y poner algunos baldes, pero nunca nos imaginamos un momento así”, relató. “Era ‘nos ponemos a llorar o hacemos algo’ y como estamos siempre al pie del cañón, hicimos algo”.
La enfermera explicó que “el agua empezó a entrar por los ingresos principales, que son dos, y no dudamos en mover a los bebés, que fue lo primero que se nos ocurrió. La verdad es que para cuando el agua ya estaba en nuestra cintura, ya estaba vacía la neo. Solo nos quedaba juntar material para poder atenderlos arriba y salvar lo que podamos de ellos también”.
Sobre la situación eléctrica, Moya contó que “la luz se cortó cuando empezaron algunas goteras y arrancó nuestro generador, ya que la sala de neo tiene generador propio. Empezaron a rebalsar las cañerías y se cortó el generador. Ahí fue cuando dijimos ‘hay que sacar los bebés porque algo está pasando’ y empezó a entrar el agua”.
“Nosotros teníamos y subimos 11 bebes a residencia de madres que eran de baja complejidad y subimos cinco a la pediatría que eran un poquito más complejos. Complejos que estaban en incubadoras, muy prematuros que no regulan temperatura, con vías, con necesidad de oxígeno”, detalló.
Respecto al estado actual del hospital, Moya explicó que “ahora tiene un solo piso operativo, que es el cero. En los pasillos que antes eran de atención de consultorios se rearmaron para atender pacientes. Organizaron una guardia improvisada. No hay mucho”.
Sobre la actitud de las madres durante la evacuación, contó: “Las mamás que estaban en esas otras camas en la residencia de mamás bajaron con todo el temple. No solo cargaron a sus bebés, sino que mientras nosotras seguíamos moviendo otros chicos, ellas cuidaron a los que subíamos. La verdad que son unas genias”.
Moya también habló sobre la situación personal de algunas compañeras: “Tengo dos compañeras que perdieron todo, que son Valeria y Luciana. A ellas el agua les llegó más de un metro y perdieron sus muebles, su ropa, las cosas de sus hijos. Tienen a familiares que necesitan atención también”.
Sobre la situación salarial de las enfermeras, explicó: “Normalmente trabajamos seis horas. Yo trabajo en el turno mañana. Ganamos solo 850.000 pesos por mes. Obviamente, como todas mis compañeras, tenemos otro trabajo porque es imposible vivir así o con ese dinero”. Y agregó: “A todas nos gusta lo que hacemos y tenemos esto que todos llaman vocación y amor. Pero también tenemos que vivir de eso. Ojalá fuera más valorado y bien remunerado desde otros lados”.
Finalmente, Moya aseguró que “estaba la vida de los bebés en juego. Sinceramente, no lo dudamos nunca y lo volveríamos a hacer”.
The-CNN-Wire
™ & © 2025 Cable News Network, Inc., a Warner Bros. Discovery Company. All rights reserved.