Las canciones futboleras se escuchaban en la puerta del tribunal por parte de los simpatizantes argentinos, que portaban camisetas de la selección con el número 10 en sus espaldas. Como en las épocas de las grandes epopeyas, los fanáticos coreaban el apellido “Maradona”, pero, esta vez, las lágrimas que brotaban de sus ojos no eran de alegría, sino de dolor.
En medio de ese clima comenzó este martes el juicio por la muerte de Diego Armando Maradona, después de dos suspensiones y a más de 4 años de su fallecimiento. El proceso busca definir si un equipo médico compuesto por siete personas es responsable por su muerte, ocurrida el 25 de noviembre de 2020 a raíz de una insuficiencia cardíaca
Maradona falleció durante una internación domiciliaria en el barrio privado San Andrés, en la localidad de Tigre, 14 días después de ser operado por un hematoma subdural el 11 de noviembre de 2020.
Su última aparición pública fue en el estadio de Gimnasia y Esgrima La Plata, equipo al que dirigía, el día de su cumpleaños número 60. Pero su presencia duró apenas unos minutos y para cuando comenzó el partido, ya se había ido, dejando una imagen que despertó una gran preocupación: un Maradona aletargado, lento, con dificultades para caminar y hasta para interactuar. De hecho, unos días después fue operado.
Los fiscales del caso buscan probar que hubo mala praxis durante su internación domiciliaria y que el equipo médico a cargo de su salud tuvo un desempeño imprudente y deficiente.
Con banderas que leían “Justicia por D10S”, los seguidores de Maradona se agolparon en la vereda frente al Tribunal, esperando el primer día de un juicio que se espera se extienda por más de 3 meses, con siete acusados por cargos de homicidio simple por dolo eventual. Una octava acusada será juzgada cuando finalice este proceso en un juicio por jurados (así se conoce en Argentina a la participación de ciudadanos comunes, no técnicos, como miembros del jurado). El delito prevé penas de entre 8 y 25 años de prisión.
Se espera que en las primeras audiencias se lean las acusaciones contra los siete imputados, tras lo cual llegará el desarrollo de los planteos de cada parte previo al juicio propiamente dicho, lo que demandará alrededor de tres días. Después, comenzarán a dar testimonio los testigos, de los cuales quedaron más de 100 de una lista de 300, según confirmó a CNN Vadim Mischanchuk, abogado de Agustina Cosachov, una de las acusadas. Se espera que el juicio se extienda hasta el mes de julio.
Entre los acusados se encuentran el neurocirujano Leopoldo Luque, médico personal del exfutbolista en sus últimos años de vida, y la mencionada Agustina Cosachov, quien era psiquiatra de Maradona. Los abogados de ambos le han dicho a CNN que sus clientes se declaran inocentes de todos los cargos. También están acusados Carlos Díaz, psicoanalista dedicado al tratamiento de las adicciones, el médico clínico Pedro Di Spagna, la coordinadora de la prestadora médica contratada Nancy Forlini, y Mariano Perroni, también coordinador. CNN se ha puesto en contacto con sus abogados para saber cómo se declaran, pero no obtuvo respuesta. El otro acusado es el enfermero Ricardo Almirón, que, según dijo su abogado a CNN, se declara inocente. Su defensa había solicitado la suspensión de este juicio, pero la justicia resolvió no hacer lugar al pedido.
Los querellantes de la causa son los cinco hijos de la leyenda argentina: Dalma, Giannina, Jana, Diego y Diego Fernando Maradona, el menor de todos. En su llegada al juzgado, Mario Baudry, abogado de Diego Fernando, sostuvo que hay “elementos de sobra para acreditar que Diego no fue tratado adecuadamente”.
Ante la llegada de cada acusado, parte de la gente que llegó a apoyar al ídolo de Napoli y su familia se agolpaba al grito de “asesino”, en medio de escenas de matiz agresivo con gritos y llantos.
“Espero que los jueces sean duros con esto porque lo dejaron morir”, dice Sergio, uno de los fanáticos presentes, quien se acercó con una Copa del Mundo en sus brazos para pedir justicia el mismo día de su cumpleaños: “tengo que estar presente”, afirmó.
Verónica Ojeda, madre de Diego Fernando y quien fuera pareja de Maradona, agradeció a la gente que se acercó al juzgado, acercándose a quienes cantaban por el campeón del mundo en el Mundial de 1986 y regalándoles camisetas de fútbol. Visiblemente emocionada, no pudo contener su enojo cuando ingresó la acusada Cosachov y se escucharon insultos.
Por su parte, Dalma y Giannina Maradona, las hijas mayores del exfutbolista, junto con su hermana Jana, asistieron al Tribunal, pero no hicieron declaraciones.
Como si las primeras palabras de los jueces fueran el pitazo inicial y como imitando el preludio de un partido importante, los simpatizantes agolpados afuera del Tribunal comenzaron a cantar el himno argentino antes del comienzo del juicio. Con banderas y una Copa del Mundo, se entonaban las estrofas mientras comenzaban los alegatos. “La internación domiciliaria fue calamitosa”, comenzó el fiscal Ferrari, quien agregó que los siete acusados incumplieron todos los deberes a su cargo.
Con Dalma, Gianina, Jana y Verónica Ojeda escuchando sentadas en una misma fila, Ferrari tomó una foto de su escritorio y la expuso ante los jueces: “Así murió Maradona, era elocuente el estado”, dijo el fiscal al mostrar una imagen del cuerpo de Maradona en la cama.
Así comenzó el juicio que se espera traiga luz sobre la muerte del ídolo argentino, más de cuatro años después de su fallecimiento.
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