Un año de gobierno de Javier Milei: 5 claves de su Presidencia

“Estamos haciendo el ajuste más grande y abrupto de la historia humana, y la sociedad nos sigue apoyando con la misma condición que el 10 de diciembre”. Esa frase que Javier Milei pronunció en mayo bien podría haber sido dicha hoy. Los datos de su primer año de gestión avalan ambas afirmaciones: el recorte fue inmenso, y el apoyo que todavía mantiene el libertario, a pesar de las consecuencias de este ajuste, también.

Según datos de la Universidad Torcuato Di Tella, que mide la confianza en el Gobierno de Argentina, la imagen de Javier Milei aumentó casi 10% en noviembre.

Esto no solo muestra un avance en la opinión sobre la propia gestión de Milei, sino que cuando se la compara con el dato de gobiernos anteriores durante el primer año de gestión, Milei también se lleva el primer premio. Por ejemplo, el índice de confianza del político libertario es 5,7% mayor al de la medición de noviembre de 2016, promediando el primer año de mandato de Mauricio Macri, y 31,7% superior al de noviembre de 2020, durante el primer año de gestión de Alberto Fernández.

Con el dato de inflación como norte, y la paciencia de su base electoral, Javier Milei encara el año próximo menos conciliador, más rupturista y con una meta por delante: aumentar el número de legisladores en el Congreso en las próximas elecciones de mitad de periodo.

Pasaron 365 días desde que Javier Milei asumió la Presidencia de Argentina. Entre sus principales metas para el mandato que comenzó el 10 de diciembre de 2023 figuraba bajar la inflación.

Tras el primer mes de gobierno mileista la tasa de inflación terminó en 25,5%, el registro más alto en tres décadas. Sin embargo, luego de distintas políticas de recortes y ajuste, la inflación fue desacelerando hasta llegar al 2,7% en octubre, el dato más bajo en los últimos tres años.

El mandatario también prometió dolarizar la economía. Si bien esa meta sigue siendo lejana, en los últimos días vimos acercarse cada vez más la cifra del dólar blue y el oficial, lo que podría significar el principio del fin del cepo cambiario, regulación establecida en 2019 para controlar el acceso y egreso del mercado de cambio.

Javier Milei también prometió “motosierra” y recortes. Al asumir redujo los ministerios a la mitad: pasaron de ser 18 a tan solo nueve. Después hubo despidos o desvinculaciones de empleados públicos. Según el último informe publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la dotación total de personal de la administración pública nacional disminuyó en 35.785 empleados desde diciembre de 2023 hasta octubre de este año.

Una de las preocupaciones en materia económica que deja el primer año de Milei en el gobierno es la lenta recomposición salarial que todavía queda lejos de alcanzar la inflación. La variación interanual del índice de salarios hasta septiembre de este año fue de 181,9% mientras que el dato de inflación interanual del Instituto hasta esa fecha era de 209%, según datos del Indec.

Más intenso aún es el recorte que viven los jubilados. Con el cambio en la fórmula que calcula la movilidad jubilatoria y el freno al aumento del bono compensatorio que reciben en la jubilación mínima, en lo que va del Gobierno de Milei tuvieron un aumento de 105% en sus haberes mientras que la inflación interanual hasta octubre fue de 193%. Esta problemática se suma al cambio en las condiciones de acceso a medicamentos gratuitos que reciben los jubilados por parte del PAMI (la obra social o seguro estatal que los agrupa).

Pobreza y consumo son otros dos datos negativos con los que tiene que enfrentarse Milei en su primer año. La medición más reciente del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina dio que en el primer semestre de 2024 la pobreza alcanzó al 52,9% de la población, comparado con 41,9% que había dejado el segundo semestre de 2023. En el segundo semestre de este año, el Indec reportó un descenso del consumo privado del 9,8%, y CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) publicó una baja en las ventas minoristas del 12,2% en los primeros once meses del año.

Otros de los ámbitos en los que el recorte generalizado de Javier Milei afectó a miles de personas fueron la salud, la educación y la asistencia a comedores.

El conflicto por las universidades públicas todavía no encuentra una resolución ya que todavía las actualizaciones salariales de los profesionales que trabajan en las casas de estudio no alcanzan a la inflación, y con la discusión presupuestaria 2025 frenada en el Congreso, tampoco se vislumbra un camino de acuerdos y aumentos salariales acordes para el año próximo.

En julio de este año la Universidad Nacional de Buenos Aires ya se había declarado en emergencia y advertía que sus profesionales habían sufrido una pérdida del poder adquisitivo del 40% en el salario. En octubre, y tras aprobarse a través del Congreso una ley para el financiamiento universitario, el Gobierno volvió a arremeter contra las casas de altos estudios y vetó la iniciativa.

En el ámbito de la salud, distintas organizaciones denuncian desfinanciamiento en áreas clave. Por ejemplo, en salarios de hospitales nacionales, como el Hospital Pediátrico de Alta Complejidad Garrahan, en el que los trabajadores denuncian una pérdida del ingreso real que alcanza el 104% o la parálisis en la compra y distribución de insumos esenciales para el acceso al aborto, entre otros.

Otro de los conflictos estalló en el Ministerio de Capital Humano, que conduce Sandra Petovello. Fue el de los alimentos destinados a comedores que el Gobierno mantenía en galpones sin distribuir y que estaban próximos a vencerse. Luego de casi un año de conflicto, y tras la intervención de la justicia, finalmente los alimentos fueron repartidos y el ministerio tuvo que reincorporar a 66 comedores comunitarios gestionados por la cooperativa “El amanecer de los cartoneros” al Programa Alimentar Comunidad.

Javier Milei ha llevado una intensa agenda internacional en su primer año de gobierno. Con más viajes al exterior que dentro de Argentina, se destacan sus múltiples visitas a Estados Unidos, y los encuentros con líderes afines.

Su apuesta más fuerte, el apoyo a Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, dio sus frutos y a partir del año próximo tendrá un aliado sentado en la Casa Blanca.

Reuniones con Macron y Meloni, acercamientos comerciales con China y cercanía, para algunos desmedida, con el FMI fueron algunos de los puntos fuertes de su gestión internacional en el primer año de gobierno.

En los últimos meses también trascendieron algunos votos llamativos frente a distintas organizaciones, como el que adversó una resolución de la ONU que promueve la intensificación de los esfuerzos para prevenir y eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas, el voto contra el derecho del pueblo palestino a la libre determinación o el retiro de la delegación argentina de la cumbre del clima COP29.

También fue llamativa la salida de la entonces canciller Diana Mondino, y la llegada para reemplazarla de Gerardo Werthein, hasta entonces embajador en Washington, tras la votación en contra del embargo a Cuba en las Naciones Unidas, a la inversa de lo exigido por el Gobierno de Milei de votar junto con Estados Unidos e Israel.

Hoy Milei se posiciona como uno de los líderes de derecha más reconocidos de la región. Con el aval de Donald Trump y sus alianzas estratégicas es quien sostiene con más fuerza la bandera del libre mercado en el continente.

El Gobierno de Javier Milei sigue siendo minoría en el Congreso de Argentina. Por eso es tan importante el número de bancas que pueda conseguir su partido, La Libertad Avanza, en las elecciones del año próximo.

Hasta ahora, con tan solo 39 bancas propias, el oficialismo tuvo que negociar con distintos sectores como el PRO de Mauricio Macri, algunos legisladores radicales e incluso gobernadores peronistas para aprobar algunos de los proyectos clave para su gestión, como la Ley Ómnibus o el veto al aumento para jubilados.

Mientras sigue gestando alianzas provisorias, Milei se muestra cada vez más combativo. En la cumbre de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) celebrada en Buenos Aires, el presidente aseguraba: “Nos importa un rábano la opinión de los políticos sobre casi todos los temas”. Y agregaba: “Somos escépticos del concepto del consenso y del diálogo”.

Además de su vínculo con aliados o exaliados, Milei mantiene otro conflicto político, pero más cercano: la relación con su vicepresidenta Victoria Villarruel.

Mucho se ha dicho de las idas y vueltas entre ambos. Sin embargo, en las últimas semanas, el conflicto fue confirmado por el propio mandatario. En una entrevista aseguró que su vicepresidenta “está más cerca del círculo rojo, de lo que ella llama la alta política, y lo que nosotros llamamos la casta”.

Otro de los temas que llamó la atención fue el éxodo de funcionarios durante su primer año de mandato. Ya en la primera mitad del año había una renuncia o despido por semana. En los últimos días se dio a conocer la última baja: el presidente desplazó a Florencia Misrahi como titular de la ex AFIP (el ente recaudador), por una medida que buscaba regular la actividad de los influencers. Tras darse a conocer esta noticia, el presidente reposteó en su cuenta de X un mensaje que decía: “Lección 1: TODOS los funcionarios deben estar alineados con los objetivos del Gobierno”.

“Es necesario dar la batalla cultural; estamos ante una oportunidad histórica para cambiar el mundo”, decía Javier Milei en su conferencia de la CPAC en Buenos Aires.

https://www.argentina.gob.ar/noticias/javier-milei-en-la-cpac-es-necesario-dar-la-batalla-cultural-estamos-ante-una-oportunidad

Una batalla cultural que, al menos desde el lado del presidente, ya comenzó. En su primer año de Gobierno, Milei arremetió contra periodistas, intelectuales, opositores y cualquiera que critique alguna política de su gestión.

Además, recortes en el área de cultura que afectan organismos clave en Argentina, como el INCAA (Instituto del Cine), o menores partidas presupuestarias para la ciencia y la investigación fueron otros de los pilares en la batalla mileista.

Según el último Análisis Presupuestario del Grupo EPC-CIICTI, la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología perdió 94,5% de la inversión interanual. Y la inversión pública en el sector se redujo 30,5% desde que comenzó la actual gestión.

Por su parte, los ataques a periodistas y a la prensa no se ciñen únicamente por las acusaciones sin pruebas de “ensobrados” –calificativo que usa el mandatario para denunciar que los periodistas se esconden detrás algún interés–, sino que también trabajó en una norma que limita el acceso a la información pública, y cerró la agencia estatal de noticias Télam, que tenía 790 empleados.

Milei no está solo. Hace algunas semanas se inauguró la Fundación Faro, un “think tank” (centro de pensamiento) libertario que pretende obrar como ente recaudador y está liderado por Agustín Laje, unos de los pensadores del actual Gobierno, autor del libro “La batalla cultural”.

El peligro de este tipo de liderazgos reside en algunos de los puntos fundamentales que tiene como bandera el intelectual libertario. Laje, además de ser promotor de ideas de ultraderecha, dice que la “homofobia no existe” y que se trata de “un término de naturaleza política”. Otra de las ideas que quiere insertar en su batalla.

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