Algunas ciudades de Estados Unidos se preparan para hacer frente a las políticas migratorias del próximo Gobierno de Donald Trump, quien ya ha amenazado con impulsar la prohibición de las llamadas “ciudades santuario”.
Durante su campaña electoral, Trump prometió que trabajará en favor de una legislación que permita prohibir la capacidad de ciertas juridiscciones para limitar la cooperación con las autoridades federales de inmigración. Además, aseguró que aumentará “la aplicación de la ley federal” para “entregar” a los inmigrantes indocumentados.
En esa misma línea, Tom Homan, designado por el presidente electo como “zar de la frontera”, sugirió en una entrevista con “Fox & Friends” que el Gobierno de Trump podría tratar de retener los fondos federales de las “ciudades santuario” y remarcó que los agentes federales exigirán el cumplimiento de las políticas migratorias allí donde se encuentren.
En respuesta, ciudades como Los Ángeles se han anticipado al regreso del republicano a la Casa Blanca con la intención de que las comunidades locales de inmigrantes se sientan seguras al buscar ayuda o denunciar delitos.
El Concejo Municipal de Los Ángeles, que representa a la segunda ciudad más grande de EE.UU., votó unánimemente para adoptar una ordenanza de “ciudad santuario” que se espera sea aprobada por la alcaldesa Karen Bass. En tanto, el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles reafirmó su estatus de santuario, que incluye protección para las familias inmigrantes y la aplicación de un trato “respetuoso” a los miembros de la comunidad LGBTQ, entre otras medidas.
En Nueva York, que ha sido “ciudad santuario” desde 1989, las iniciativas por mantener este estatus parecerían haber perdido fuerza después de que el alcalde demócrata Eric Adams expresara cierta apertura a la agenda de inmigración de Trump. Adams, quien se reunió con Homan a mediados de diciembre, ha dicho que los inmigrantes respetuosos de la ley, independientemente de su estatus legal, “no deberían ser arrestados en medio de la noche”, pero también ha asegurado que el trato que se les da los inmigrantes acusados de delitos debería ser un tema abierto a discusión.
El concepto de “ciudad santuario” es un término amplio aplicado a las jurisdicciones que tienen políticas diseñadas para limitar la cooperación o la participación de las autoridades locales en la aplicación de la ley de inmigración federal. Las ciudades, condados y algunos estados tienen una variedad de políticas informales, así como leyes formales que se califican como posiciones de “santuario”.
El objetivo de tener políticas informales y formales es, en general, proteger a los inmigrantes indocumentados que no están involucrados en actividades delictivas para, de esa manera, evitar que sean detenidos o deportados.
La idea de las “ciudades santuario” parece haber surgido de las iglesias en la década de 1980 que brindaban santuario a los centroamericanos que huían de la violencia en sus países, en medio de la reticencia del Gobierno federal a otorgarles estatus de refugiados. En aquel momento se hicieron populares por contrarrestar lo que los funcionarios de las iglesias veían como políticas de inmigración federales restrictivas y duras, particularmente contra aquellos arrestados por delitos menores y no violentos.
Las autoridades de Los Ángeles insisten en que el estatus de santuario será esencial para mantener la confianza entre la ciudad y las comunidades inmigrantes, algunas de las cuales podrían abstenerse de reportar delitos o buscar asistencia de emergencia por miedo a la deportación.
“Las ‘ciudades santuario’ no son solo un marco legal”, dijo Curren Price Jr., miembro del concejo municipal. “Representan un compromiso moral de mantener la dignidad humana, proteger a las familias y asegurar que todos, independientemente de su estatus migratorio, puedan vivir sin miedo”, agregó.
Las políticas de “ciudad santuario” varían de un estado a otro pero la mayoría se centran en limitar su cooperación con las autoridades federales en políticas de inmigración.
El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, por ejemplo, prohíbe al personal escolar cooperar voluntariamente con la aplicación de leyes de inmigración o compartir información sobre el estatus migratorio de estudiantes y familias con agencias de inmigración.
De acuerdo con la Coalición de Migración de Nueva York, las “ciudades santuario” mejoran la seguridad pública al incentivar a los inmigrantes a denunciar delitos y servir como testigos en investigaciones criminales sin temor a ser deportados. También señala que estas políticas no protegen a los inmigrantes que cometen delitos, quienes están sujetos a los mismos procesos penales que cualquier otra persona.
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