Yoon Suk Yeol: el conservador que cantó “American Pie” intentó suspender la democracia y fracasó

Declarar la ley marcial en una democracia estable y bulliciosa fue una apuesta audaz, que parece haber fracasado estrepitosamente para el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol.

Ahora, la carrera política del exfiscal e incendiario conservador pende de un hilo, con una moción de juicio político en marcha. El líder del país perdió rápidamente apoyos incluso dentro de su propio partido gobernante.

En la noche del martes, escenas dramáticas de Corea del Sur mostraban helicópteros militares aterrizando cerca de la Asamblea Nacional en la capital, Seúl, soldados rompiendo ventanas para intentar impedir que los legisladores se reunieran y manifestantes enfrentándose a la Policía antidisturbios.

Pero la operación no tuvo éxito. Las cadenas de televisión y los medios de comunicación siguieron informando sin trabas, la gente circuló libremente y no se produjeron detenciones masivas. Cuando los legisladores votaron a favor de anular el decreto sorpresa de Yoon, las fuerzas de seguridad se echaron atrás.

En los días transcurridos desde entonces, las calles de Seúl estuvieron atestadas de tráfico, apenas hubo presencia adicional de seguridad sobre el terreno, los comercios y restaurantes estaban abiertos y el país funcionaba con normalidad.

Pero la efímera declaración de ley marcial del presidente seguía pareciendo un ataque al corazón de la democracia del país. Mientras marchaban pacíficamente por Seúl esta semana, los manifestantes expresaron su repulsa por la medida, describiendo las acciones de Yoon a CNN como una “traición” y “una vergüenza”, y exigieron su dimisión y detención.

En una manifestación celebrada el miércoles en la capital, el profesor Kyung-soo dijo que los ataques de Yoon a sus oponentes –incluso llamándoles “fuerzas comunistas”– eran “el comportamiento de un dictador, y chocan claramente con los deseos del pueblo”.

El año pasado, Yoon cantó una serenata al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con una interpretación de “American Pie” de Don McLean en una cena de Estado en la Casa Blanca y brindó por su “férrea” relación.

Su extrema decisión sorprendió incluso a Estados Unidos –que mantiene un tratado de defensa mutua con Corea del Sur desde hace décadas–, y un alto funcionario de la administración declaró a CNN que estaban “seriamente preocupados por lo que estamos viendo desarrollarse”.

El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, reiteró que Corea del Sur es “uno de nuestros socios y aliados más cercanos” y dijo que era importante “ver que este proceso se desarrolla pacíficamente y de acuerdo con la Constitución y el Estado de Derecho”.

Mientras la nación intenta comprender por qué Yoon eligió la opción nuclear de la ley marcial, muchos se sienten aliviados de que el fiasco pueda ser recordado como la semana en que la democracia se vio amenazada en Corea del Sur, pero al final sobrevivió.

Yoon, un recién llegado a la política, asumió el cargo en 2022 con el conservador Partido del Poder Popular. Ganó las elecciones presidenciales por un margen inferior al 1%.

Yoon había pasado casi 30 años como fiscal, dirigiendo investigaciones de alto nivel sobre escándalos de corrupción, incluida una investigación por corrupción contra la expresidenta Park Geun-hye que condujo a su destitución y la llevó a prisión.

En campaña, Yoon apeló al creciente movimiento antifeminista del país y se comprometió a abolir el Ministerio de Igualdad de Género y Familia, que, según él, es injusto con los hombres.

Y mientras su predecesor Moon Jae-in favorecía el diálogo con Corea del Norte, Yoon adoptó una postura más dura, prometiendo reforzar a las Fuerzas Armadas del sur e incluso insinuando que lanzaría un ataque preventivo si veía indicios de un lanzamiento contra Seúl.

En el cargo, Yoon se enfrentó duramente a la oposición. A principios de año, los partidos de la oposición ganaron por abrumadora mayoría unas elecciones consideradas un referendo sobre el Gobierno de Yoon y se hicieron con el control de la Asamblea Nacional.

Esto le impidió avanzar en la legislación para reducir los impuestos y suavizar la normativa empresarial, ya que sus principales rivales del Partido Demócrata utilizaron el Parlamento para destituir a miembros clave del gabinete y frenar un proyecto de ley presupuestaria.

Fue este bloqueo el que Yoon utilizó para intentar justificar su fatídico decreto.

En su discurso de declaración de la ley marcial del martes, calificó las acciones de la oposición de “claro comportamiento antiestatal dirigido a incitar a la rebelión” y se refirió a las “amenazas planteadas por las fuerzas comunistas de Corea del Norte”, prometiendo “eliminar los elementos antiestatales”.

La exministra de Asuntos Exteriores Kyung-wha Kang declaró a CNN que la idea de que simpatizantes comunistas o agentes antiestatales maquinen derrocar al Gobierno “no tiene nada que ver con lo que veo que está ocurriendo en el país.”

Aunque Yoon había “afirmado anteriormente abogar por la equidad y el sentido común”, como presidente, “sus palabras y acciones reflejan las de un dictador”, dijo Park Sung-min, analista de Min Consulting en Seúl.

“Parece un suicidio político”.

Pero la decisión final de Yoon de anular el decreto demuestra que “no es un hombre que intente hacerse con el poder, o crear un segundo mandato, o prolongar su Gobierno”, dijo Sydney Seiler, asesor principal del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.

“Desde la perspectiva del partido gobernante, (él está) tratando de poner la pelota en movimiento. Probablemente pensó que tenía mucho más apoyo dentro del partido gobernante para sus acciones del que realmente tenía”.

Los observadores dicen que la decisión de Yoon de declarar la ley marcial puede haber sido más interesada.

Desde que asumió el cargo, se enfrenta a una caída en picado de los índices de aprobación por cuestiones económicas y a una serie de escándalos relacionados con su esposa y con nombramientos políticos que provocaron peticiones de dimisión.

La primera dama, Kim Keon Hee, fue acusada el año pasado de aceptar como regalo un bolso de Christian Dior de US$ 2.200, una posible violación de las leyes contra el soborno. Un video grabado en secreto que apareció en Internet mostraba a Kim recibiendo un “Lady Dior Pouch” azul nube de manos de un pastor coreano-americano.

La primera dama no es ajena a la polémica: en los últimos años se ha disculpado por inflar su currículum y se ha enfrentado a acusaciones que van desde el plagio académico a la manipulación de acciones, que la oficina presidencial ha negado repetidamente.

El principal partido de la oposición, el Partido Democrático, acusó al presidente de “ocultar sospechas” en torno a su esposa, y la creciente reacción pública provocó incluso una ruptura entre Yoon y altos cargos de su partido.

“Yoon tiende a actuar más por instinto que por racionalidad, encarnando a un temerario ‘héroe solitario’”, afirma Ahn Byung-jin, profesor de la Academia Global de Civilizaciones Futuras de la Universidad Kyung Hee.

“Percibe la situación actual como una crisis existencial, especialmente con los intentos de destituir a miembros de su gabinete, recortar el presupuesto e impulsar investigaciones especiales contra su esposa. Cree que está seriamente acorralado”.

Yoon dijo que hace poco empezó a practicar golf para prepararse para la “diplomacia del golf” con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, pero su extralimitación de el martes deja su posición en la escena mundial, y en la nacional, seriamente en entredicho.

Las disputas parlamentarias derrocaron recientemente a un gobierno en otros países. Esta semana, en Francia, el primer ministro Michel Barnier se vio obligado a dimitir en una moción de censura tras su intento de aprobar parte del presupuesto anual de su Gobierno.

Para algunos surcoreanos, como el pastor Kwak Dong-seok, Yoon trabajó para abordar los problemas económicos, y tiene razón en sus afirmaciones sobre las fuerzas “antiestatales” en el país.

“A menudo se critica la ley marcial por excesiva, pero en algunos casos se ha justificado como medida para impedir el establecimiento de un régimen comunista”, dijo Kwak, que organiza regularmente mítines y actividades políticas conservadoras.

Pero otros dicen que la decisión de Yoon demuestra lo alejado que está del sentir público.

“La democracia coreana empezó tarde, pero la hemos conseguido por nosotros mismos y estamos muy orgullosos de ello”, dijo el director de la escuela Kim Hyeon. El intento de Yoon de imponer la ley marcial demuestra que “la forma de pensar del presidente no se corresponde con nuestra sociedad”, afirmó.

En los días transcurridos desde el fallido intento de ley marcial de Yoon, han surgido detalles extraordinarios sobre cuántas figuras destacadas, tanto dentro del ámbito político como del militar, fueron tomadas completamente por sorpresa.

El líder de la oposición, Lee Jae-myung, declaró a CNN que al principio pensó que el anuncio era un video “deepfake” cuando su mujer se lo enseñó por teléfono.

Al otro lado de la división política, Han Dong-hoon, jefe del partido gobernante de Corea del Sur, declaró a CNN que se enteró por la televisión. Han criticó duramente la maniobra de Yoon, pero evitó pedir su dimisión o su juicio político.

Sin embargo, este viernes por la mañana, Han pareció dar muestras de un cambio drástico en su forma de pensar, afirmando que ahora consideraba necesario suspender los poderes constitucionales del presidente tras conocer que Yoon había intentado supuestamente utilizar tropas para detener a figuras políticas clave “con el pretexto de que eran fuerzas contrarias al Estado”.

Mientras tanto, poco se ha sabido del propio Yoon, lo que ahonda el misterio tanto en torno a su futuro como a lo que le llevó a hacer su anuncio de ley marcial en primer lugar.

Se espera que los legisladores voten una moción de juicio político que inicie un proceso de destitución en los próximos dos días, y la Policía ha abierto una investigación sobre Yoon y otros altos cargos por presunta traición.

Muchos creen que la chapuza de la ley marcial y el posterior proceso democrático demuestran que la democracia surcoreana está viva y goza de buena salud.

“La democracia coreana tiene la conciencia y la capacidad de impedir cualquier acción impulsiva de un dictador”, dijo Park, de Min Consulting.

Las acciones de Yoon parecen un dramático error de cálculo que podría costarle la presidencia, mientras los manifestantes de Seúl siguen presionando para que dimita. Es posible que el pueblo haya salvado la democracia en Corea del Sur esta semana, aunque se avecinan meses de incertidumbre política.

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