Las partes interesadas de todo el mundo tienen que contar ahora con el impacto geopolítico de una ofensiva rebelde liderada por un grupo islamista en Siria que podría amenazar el control del presidente Bashar al-Assad sobre el país.
Los rebeldes sirios han realizado un avance relámpago en el norte del país, tomando dos ciudades importantes: Aleppo, la segunda ciudad más grande, y Hama, una ciudad estratégicamente importante que se encuentra en una ruta de suministro vital. Los rebeldes dicen que avanzarán más al sur, hasta Homs, a poco más de 160 kilómetros de Damasco, la capital siria.
“Cuando hablamos de objetivos, la meta de la revolución sigue siendo el derrocamiento de este régimen. Es nuestro derecho utilizar todos los medios disponibles para lograr ese objetivo”, dijo Abu Mohammad al-Jolani, el ex combatiente de Al Qaeda que ahora lidera la rebelión, a CNN en una entrevista este jueves.
Aunque Assad tiene muchos enemigos en la región y fuera de ella, su caída no sería bien recibida por todos.
A los Estados occidentales y árabes, así como a Israel, les gustaría ver reducida la influencia de Irán en Siria, pero ninguno desea que un régimen islamista radical sustituya a Assad. Para Rusia, la caída de Siria podría significar la pérdida de su aliado más cercano en Medio Oriente y socavar su capacidad de proyectar poder mientras libra una guerra en Ucrania. Para Irán, podría hacer añicos su llamado Eje de la Resistencia, formado por Estados aliados y milicias.
He aquí cómo los acontecimientos en Siria podrían afectar a los principales actores de Medio Oriente:
Los avances rebeldes en Siria suponen la primera prueba real del compromiso de los poderosos Estados árabes de reconciliarse con Assad.
En el punto álgido de la guerra civil siria, los Estados árabes suníes, incluidas las potencias regionales Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, rompieron sus lazos con el régimen de Assad, aliado de Irán, trataron de aislarlo y apoyaron a los grupos de la oposición que trataban de derrocarlo, viendo en ello una oportunidad para frenar la influencia regional de Teherán.
Pero Assad, con la ayuda de Rusia, Irán y el grupo libanés Hezbollah, sobrevivió y recuperó el territorio perdido a manos de los rebeldes. Bajo fuertes sanciones estadounidenses, Siria se convirtió en lo que algunos expertos han denominado un “narcoestado”, alimentando una crisis de la droga en los países vecinos.
La nueva realidad de Siria impulsó a las naciones árabes a tender la mano al régimen de Assad y, en los últimos años, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos han liderado los esfuerzos para su rehabilitación regional e internacional. En 2023, el régimen sirio fue readmitido en la Liga Árabe.
Más de una década después de haber apoyado a la oposición siria, los Estados árabes del Golfo, incluidos Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, se ponen ahora del lado de Assad, que vuelve a enfrentarse a una rebelión.
“En 2011, un gran número de países llegaron rápidamente a la conclusión de que les iría mejor si Assad cayera y querían deshacerse de él… pero los saudíes, los emiratíes y otros países de la región ven ahora una situación desafiante y desestabilizadora para ellos si Assad cae en este momento”, dijo Trita Parsi, vicepresidenta ejecutiva del Instituto Quincy, con sede en la ciudad de Washington.
En su cumbre anual del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG, por sus siglas) celebrada el pasado fin de semana, los líderes árabes del Golfo pidieron la preservación de la integridad territorial de Siria, declararon el respeto a su soberanía y rechazaron la injerencia regional en sus asuntos internos. Por el contrario, la declaración posterior a la cumbre del CCG de 2011 pedía a Assad que “detenga inmediatamente la máquina de matar, ponga fin al derramamiento de sangre y libere a los detenidos”.
“Podríamos ver que muchos de estos países querrían aprovechar la situación para mejorar su propia posición dentro de Siria, en particular con Irán, pero para ello es necesario que Assad se debilite pero se mantenga, una posición muy diferente de la que tenían antes, cuando le echaban todo encima para deshacerse de él por completo”, dijo Parsi.
Irán ha utilizado Siria para ampliar su influencia regional a través de grupos interpuestos establecidos en el país. La República Islámica, junto con su más formidable apoderado, Hezbollah, ha contribuido decisivamente a mantener a Assad en el poder, ayudando a las fuerzas gubernamentales sirias a recuperar el territorio perdido, al tiempo que enviaba a sus propios comandantes del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC, por sus siglas en inglés) para asesorar a las Fuerzas Armadas de Assad.
Después de que el grupo militante palestino Hamas lanzara su ataque contra Israel en octubre del año pasado, Hezbollah comenzó a intercambiar disparos con Israel, lo que provocó una represalia israelí que dio muerte a la cúpula del grupo y debilitó significativamente sus capacidades. Como resultado, Hezbollah retiró sus fuerzas de Siria para centrarse en su guerra contra Israel, dejando a Assad expuesto, según los expertos.
En Siria, Israel ha atacado sistemáticamente al personal iraní y las rutas de suministro utilizadas para transferir armas a sus representados de Hezbollah. La caída de Aleppo y potencialmente de otras ciudades fronterizas con Líbano podría interrumpir aún más esas rutas, colocando a Irán en una posición difícil. La semana pasada, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, declaró al medio de comunicación qatarí Al Araby Al Jadeed que Teherán consideraría la posibilidad de enviar tropas a Siria si el régimen de Assad lo solicitara. Sin embargo, una escalada de la guerra en Siria podría socavar los esfuerzos de Irán por mantener la diplomacia con Occidente y los Estados árabes.
Perder Siria sería “un golpe enorme” para Irán, dijo Parsi. “La inversión que los iraníes han hecho en Siria es muy significativa, es un importante puente terrestre hacia Líbano, pero también la alianza que los iraníes tienen con el régimen de Assad ha perdurado a lo largo de la historia de la República Islámica”.
Irán también puede utilizar sus apoderados en la región como palanca en posibles conversaciones con una administración Trump entrante, dijo Parsi.
“Si Irán pierde demasiado su posición en la región, ¿serán demasiado débiles para negociar? Pero si contraatacan para tratar de retener la mayor parte posible de esa posición, ¿se arriesgan a escalar la guerra hasta el punto en que la diplomacia ya no sea posible?”, dijo. “Están en un delicado equilibrio”.
Israel también se encuentra en una posición difícil. Assad, que ve a Israel como un enemigo, no ha supuesto una amenaza directa para el país, optando por no responder a los ataques israelíes regulares en Siria durante el último año. Pero el régimen ha permitido que Irán utilice su territorio para abastecer a Hezbollah en Líbano.
Hadi al-Bahra, líder de la oposición siria que representa a los grupos anti-Assad, incluido el Ejército Nacional Sirio (SNA, por sus siglas en inglés), respaldado por Turquía, dijo que los rebeldes se sintieron animados a avanzar hacia Aleppo la semana pasada después de que Israel debilitara a Hezbollah y debilitara la huella de Irán en la región.
“Debido a la guerra del Líbano y a la disminución de las fuerzas de Hezbollah, el régimen (de Assad) tiene menos apoyo”, dijo Al Bahra a Reuters en una entrevista, añadiendo que las milicias respaldadas por Irán también tienen menos recursos, y Rusia está proporcionando menos cobertura aérea a las fuerzas de Assad debido al “problema de Ucrania”.
Sin embargo, el grupo que lidera la rebelión es Hayat Tahrir Al Sham (HTS), cuyo líder, Abu Muhammad al-Jolani, es un antiguo combatiente de Al Qaeda con una ideología islamista que se opone a Israel.
“Israel se encuentra entre Irán, sus apoderados y los rebeldes islamistas sirios”, declaró a CNN Avi Melamed, exfuncionario de los servicios de inteligencia israelíes. “Ninguna de las opciones es buena en lo que respecta a Israel, pero por el momento Irán y sus apoderados están debilitados, lo cual es bueno”.
Israel tiene que asegurarse de que la ofensiva no evolucionará hacia un “nuevo desafío” planteado por HTS y los rebeldes suníes que lideran la ofensiva en Siria, añadió.
Assad estaba en una racha perdedora en Siria hasta que el presidentede Rusia, Vladimir Putin, intervino en 2015. Sin el apoyo aéreo ruso, la reconquista de Aleppo en 2016, un punto de inflexión para el asediado presidente sirio, habría sido difícil, si no imposible.
El Kremlin dijo esta semana que “sin duda seguirá apoyando” a Assad mientras los aviones rusos intensificaban los ataques contra las fuerzas de la oposición en el norte de Siria.
Nicole Grajewski, miembro del Programa de Política Nuclear de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, especializada en Rusia, dijo que el régimen de Assad fue sorprendido con la guardia baja durante la última ofensiva de los rebeldes, y los rebeldes pueden haber aprovechado la distracción de Rusia con Ucrania para tomar tierra en Siria.
Moscú no había comprometido un gran número de fuerzas en Siria y todavía puede ser capaz de apoyarlo, añadió, pero la capacidad de Rusia para movilizar fuerzas sería difícil dada la rapidez con la que los rebeldes están avanzando por el norte de Siria.
En general, el avance de los rebeldes con la ayuda de Turquía es una “amenaza bastante grande para Rusia”, dijo Grajewski a CNN. “Rusia puso demasiado capital en Assad y la pérdida de Siria sería una pérdida aún mayor como su estatus más amplio como gran potencia y su capacidad de maniobra en Medio Oriente”.
Turquía ha tratado de distanciarse de las acciones de los rebeldes en el norte de Siria, pero es el principal respaldo del Ejército Nacional Sirio, uno de los grupos que impulsan la ofensiva.
Ankara también ha representado a la oposición en las negociaciones con Rusia durante varios años en la última década, que finalmente condujeron a un acuerdo de alto el fuego en 2020 entre las partes en Siria que cada uno de ellos apoya.
A pesar de su apoyo a las fuerzas de la oposición, Turquía no ha descartado un acercamiento a Siria. El presidente Recep Tayyip Erdogan ha pedido una reunión con Assad, al que una vez tachó de terrorista, para restablecer las relaciones. Assad se ha negado a reunirse con él mientras Turquía siga ocupando partes de su país.
Turquía también ha buscado una solución para los 3,1 millones de refugiados sirios que acoge, más que ningún otro país. Los refugiados se han convertido en uno de los principales puntos de discordia en Turquía, causando a menudo disturbios antisirios y llamamientos a la deportación masiva por parte de los partidos de la oposición.
Hasta hace poco, la situación en Siria se veía en Turquía como “el régimen gana, la oposición pierde”, con el eje Irán-Rusia definiendo los acontecimientos sobre el terreno, dijo Galip Dalay, consultor senior en Chatham House, un think tank en Londres. Pero el reciente empuje rebelde ha cambiado esa dinámica de poder.
“Ahora está claro que los turcos quieren entablar una negociación, pero mostrando a Assad que entra en la negociación desde un punto de debilidad. Si las negociaciones tienen lugar ahora, la única forma de que conduzcan a algo es si Assad hace concesiones reales, no concesiones cosméticas”, dijo Dalay a CNN.
Otro objetivo de Turquía es hacer retroceder a los grupos insurgentes kurdos situados a lo largo de la frontera turco-siria y crear una zona de amortiguamiento. Erdogan se opone desde hace tiempo al nacionalismo kurdo y ha dejado claro que su objetivo final es eliminar al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), un grupo militante y político kurdo de extrema izquierda con base en Turquía e Iraq que lleva más de tres décadas luchando contra el Estado turco.
The-CNN-Wire
™ & © 2024 Cable News Network, Inc., a Warner Bros. Discovery Company. All rights reserved.