La elección del presidente electo Donald Trump para administrador de NASA — el multimillonario tecnológico y pionero de los vuelos espaciales Jared Isaacman — está enviando ondas de choque a través de la comunidad espacial, suscitando reacciones entusiasmadas de los líderes de la industria que ven a Isaacman como un agente de cambio, por un lado, así como preocupaciones sobre conflictos de interés, por el otro.
Isaacman ha viajado dos veces al espacio en misiones privadas y tiene estrechos lazos con el CEO de SpaceX, Elon Musk, pero carece de experiencia en el gobierno o en el sector académico, por lo que se trata de una elección poco ortodoxa.
Los administradores de la NASA suelen ser seleccionados entre un grupo de científicos, ingenieros, académicos o servidores públicos.
Sin embargo, la asociación de Isaacman con el mundo espacial proviene en gran medida de su amplia asociación con SpaceX, tanto como cliente como en calidad de colaborador.
Esos lazos son notables porque la NASA depende del sector comercial —y de SpaceX en particular— ahora más que nunca, ya que la agencia federal está aumentando drásticamente la cantidad de trabajo que contrata de empresas.
Algunos profesionales de la industria aclamaron la selección de Isaacman como una “elección perfecta”, como lo expresó Isaac Arthur, el presidente de la National Space Society, una organización sin fines de lucro que aboga por los vuelos espaciales tripulados, en una declaración.
“Aportará una gran cantidad de experiencia como emprendedor, así como un conocimiento único por trabajar tanto con la NASA como con SpaceX, una combinación perfecta ya que ingresamos a una nueva era de mayor cooperación entre la NASA y el vuelo espacial comercial”, dijo Arthur.
Garrett Reisman, un exastronauta de la NASA que ahora es asesor sénior de SpaceX, también aplaudió la selección, al decir que Isaacman era una “excelente elección” que “impulsará a la NASA a ir más lejos y más rápido”.
Si la nominación de Isaacman es confirmada por el Senado de EE.UU., asumirá el control de la agencia en un momento crucial, ya que la NASA se prepara para intentar el primer aterrizaje lunar tripulado en más de cinco décadas bajo el programa Artemis.
“¡Los próximos 4 años en la NASA van a ser realmente interesantes!”, dijo Reisman, quien también antes ha expresado abiertamente su oposición a Trump.
Aunque el ascenso de Isaacman en el mundo del espacio no ha sido tradicional, su trayectoria podría ofrecer algunas pistas sobre lo que podría esperarle si obtiene el puesto más alto de la agencia espacial.
Isaacman, de 41 años, es el CEO de Shift4 Payments, que fundó en 1999 a la edad de 16. Un experimentado piloto de jet, Isaacman también fundó y dirigió una empresa contratista de defensa, llamada Draken International, que ayudaba en la capacitación de la Fuerza Aérea en la década de 2010.
Sin embargo, en los últimos años, Isaacman ha ganado atención internacional por su enfoque en el espacio.
Isaacman y tres compañeros de tripulación de diversos ámbitos de la vida pasaron tres días en 2021 volando a bordo de una cápsula Crew Dragon de SpaceX en una misión denominada Inspiration4, que Isaacman financió con su dinero. Fue el primer vuelo espacial tripulado completamente por civiles —o por astronautas no gubernamentales— que se aventuraron a la órbita terrestre.
Desde entonces, Isaacman ha ampliado su asociación con SpaceX en un programa de desarrollo llamado Polaris. La primera de tres misiones planificadas bajo esa campaña — Polaris Dawn— despegó en septiembre. La misión hizo historia al enviar a Isaacman y a tres compañeros de tripulación, incluyendo a dos ingenieros de SpaceX, en el primer paseo espacial comercial de la historia.
Si se confirma, Isaacman sería apenas el cuarto de 15 administradores de la NASA que realmente viajaron al espacio.
Los estrechos lazos de Isaacman con SpaceX y Musk probablemente generen interrogantes sobre posibles conflictos de interés. A la cabeza de la NASA, supervisará contratos por miles de millones de dólares que la agencia espacial tiene con SpaceX y los competidores directos de la compañía, incluido Blue Origin, de Jeff Bezos.
Es probable que Isaacman también esté a cargo de la revisión y certificación del Starship de SpaceX, el gigantesco cohete y sistema de naves espaciales que la NASA planea utilizar para transportar astronautas a la superficie lunar en el marco de su programa Artemis. Isaacman también planea viajar a bordo del vehículo como parte de su programa Polaris.
Notablemente, Isaacman también tiene un interés financiero en SpaceX. Su empresa, Shift4 —en la que posee personalmente un 30%— compró acciones de SpaceX por valor de US$ 27,5 millones en febrero de 2021, según documentos financieros. En junio, Shift4 reportó ganancias por US$ 10,8 millones a raíz de la inversión.
En un correo electrónico que se envió a los empleados de Shift4, Isaacman dijo el miércoles que, si es confirmado para el puesto de la NASA, planea “mantener la mayoría” de su participación accionaria en Shift4, aunque “sujeto a obligaciones éticas”.
A pesar de la estrecha relación de Isaacman con Musk, los dos han adoptado tonos marcadamente diferentes en lo que respecta a cuestiones políticas.
Musk, quien hizo campaña por Trump y se prevé que liderará una campaña para recortar el gasto público y las regulaciones al copresidir una comisión presidencial llamada “Departamento de Eficiencia Gubernamental”, ha dado un giro fuerte hacia la política conservadora y suele hacer comentarios incendiarios en las redes sociales.
Isaacman, por su parte, ha tratado de posicionarse de forma más neutral.
“Respeto las opiniones apasionadas de las personas sobre temas emocionalmente cargados como la política, pero estoy anclado en el centro y siempre tendré como objetivo ser un unificador en lugar de un divisor”, escribió en una publicación del 6 de noviembre en X, la plataforma de redes sociales anteriormente conocida como Twitter que Musk compró en 2022.
Sin embargo, Isaacman también ha defendido y elogiado a Musk en las redes sociales, pidiendo al público que pase por alto las posiciones más controvertidas de Musk y aprecie el trabajo que ha realizado SpaceX.
“No necesito tener una opinión pública sobre su política porque es más importante el hombre y sus compañías”, dijo Isaacman sobre Musk en una publicación del 11 de octubre. “Lo que me importa son los enormes problemas del mundo que Elon y sus empresas están trabajando para resolver y, en general, cómo puedo ayudarlo a hacer eso”.
Los esfuerzos de Isaacman por transmitir una agenda apolítica se alinean con la forma en que los administradores de NASA del pasado han buscado posicionarse. Dirigir efectivamente la agencia de US$ 25.000 millones de dólares — y asegurar financiamiento para los proyectos que la NASA espera lograr — requiere que el jefe de la agencia trabaje regularmente con legisladores de ambos lados del pasillo.
Aún así, la posición de Isaacman al frente de la NASA sin duda provocaría críticas por su asociación con Musk, sospechado de beneficiar los intereses de SpaceX mientras la agencia federal otorga contratos lucrativos.
Por su parte, sin embargo, Bezos dijo el miércoles que no creía que Musk utilizara su proximidad a Trump o su posición dentro del equipo de transición del presidente electo para darle a SpaceX una ventaja sobre Blue Origin.
“(SpaceX) es ciertamente una muy buena competencia, no hay duda de eso… Tomo al pie de la letra lo que se ha dicho, que (Musk) no va a usar su poder político para beneficiar a sus propias empresas o para perjudicar a sus competidores, lo tomo al pie de la letra”, dijo Bezos el miércoles en la Cumbre DealBook del New York Times. “Nuevamente, podría estar equivocado, pero creo que podría ser cierto”.
Bezos no se refirió directamente a la nominación de Isaacman.
Pero Isaacman ha compartido algunas de sus ideas sobre la política de la NASA y cómo la agencia espacial debería repartir el dinero de los contratos, alguno de los que involucran directamente a Blue Origin.
En las redes sociales, Isaacman ha criticado la decisión de la NASA de invertir en dos empresas para desarrollar dos módulos lunares separados: el Starship de SpaceX y Blue Moon de Blue Origin.
El objetivo de la NASA al pagar al sector privado para desarrollar dos vehículos competidores que puedan realizar la misma tarea es proporcionar una salvaguarda para los objetivos de la agencia espacial de llegar a la Luna en medio de una carrera espacial internacional: si un módulo lunar o el otro falla o se ve obstaculizado por retrasos en el desarrollo, la agencia espacial no se queda sin alternativa.
Isaacman ha criticado ese enfoque, sin embargo, y ha abogado por mantener solo un proveedor de módulos lunares para ahorrar dinero a la NASA que podría ser reasignado a otras misiones científicas.
“Gastar miles de millones en redundancia de módulos lunares… a expensas de docenas de programas científicos”, publicó Isaacman en marzo. “No me gusta”.
El actual administrador de la NASA, Bill Nelson, dijo durante una conferencia de prensa el jueves que no creía que Isaacman pudiera o quisiera cancelar un contrato de módulo lunar.
“Tenemos contratos con dos compañías para módulos”, dijo Nelson. “Mientras seamos una nación con un estado de derecho, esos contratos van a ser operativos, y esperamos que esas compañías cumplan con sus contratos”.
Nelson también dijo que tiene una opinión positiva sobre la relación entre Trump y Musk: “Entiendan que soy un optimista por naturaleza. Pero en este caso particular, creo que la relación entre Elon Musk y el presidente electo va a ser beneficiosa para asegurar la financiación de la NASA”.
Hubo especulaciones, sin embargo, sobre si la nueva administración Trump podría optar por cancelar el Sistema de Lanzamiento Espacial de la NASA, o SLS, un cohete que ha estado por encima del presupuesto y plagado de retrasos. El SLS está diseñado para lanzar astronautas desde la Tierra antes de ser transferidos más tarde a un módulo lunar, es decir, Starship o Blue Moon, con el que aterrizarían en la superficie de la Luna.
Isaacman no ha abordado públicamente esos rumores, aunque ha dicho que el SLS es “escandalosamente caro” y el resultado de un “gobierno (que es) malo en la asignación de capital”.
Más en general, Isaacman ha descrito su visión general para el futuro de la humanidad en el espacio como una que se alinea estrechamente con la de SpaceX: asentamientos extraterrestres permanentes que permiten a las personas visitar, vivir y trabajar en otros mundos como Marte.
“Creo que SpaceX está en la que es, para nuestro tiempo, la aventura más increíble imaginable”, dijo Isaacman a CNN en una entrevista en agosto. “No se trata solo de Marte… Es, de hecho, la posibilidad de desvelar los misterios de la vida. ¿De dónde venimos realmente? ¿Cuál es nuestro propósito?”.
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