(CNN) –– El presidente electo Donald Trump propuso algunos cambios grandes para la educación en Estados Unidos.
Gran parte de su plataforma se enfoca en reducir el papel del Gobierno federal en las escuelas y dar a los estados y a los padres más voz y voto respecto a lo que aprenden los niños, con el objetivo de erradicar cualquier “adoctrinamiento de izquierda”.
La campaña de Trump también criticó a los demócratas por las cuestiones transgénero y prometió “mantener a los hombres fuera de los deportes femeninos”.
Siete formas en las que el Gobierno de Trump podría afectar tus finanzas
En algunas áreas, como la de los préstamos estudiantiles, la próxima administración de Trump podría deshacer los cambios regulatorios realizados durante la presidencia de Joe Biden.
Y, dado que los republicanos controlarán ambas cámaras del Congreso para enero, podría haber avances en una legislación que establezca un programa de elección de escuelas a nivel nacional.
Estas son algunas de las cosas que Trump prometió y cómo o si podrían convertirse en realidad:
Abolición del Departamento de Educación
Promesa: Trump dijo repetidamente que cerrará el Departamento de Educación federal, y les devolverá la autoridad sobre la educación a los estados para ahorrar dinero de los contribuyentes.
Cómo se podría llevar a cabo: Trump necesitará que el Congreso se deshaga del Departamento de Educación, que administra los fondos federales asignados por el Congreso a las escuelas primarias y secundarias y gestiona los programas federales de préstamos estudiantiles y ayuda financiera. Se desconoce si tendrá el apoyo de suficientes legisladores para hacerlo.
La primera administración de Trump propuso fusionar los departamentos de Educación y Trabajo, pero la idea no prosperó a pesar de que en ese momento los republicanos tenían el control tanto de la Cámara de Representantes como del Senado.
Es posible que algunos programas y fondos se puedan conservar y transferir a otras agencias, que es donde estaban ubicados antes de que se creara el departamento en 1979.
Algunos defensores de la eliminación del departamento, como la exsecretaria de Educación de Trump, Betsy DeVos, pidieron que se otorguen “subvenciones en bloque” al dinero que el Gobierno federal envía a las escuelas primarias y secundarias. El objetivo sería entregar los fondos con menos condiciones para que los estados y las escuelas locales puedan utilizar el dinero como quieran sin tantas restricciones por parte del gobierno federal.
“Creo que se toman en serio la decisión de qué hacer con el Departamento de Educación”, dijo Robert Enlow, presidente y CEO de EdChoice, una organización sin fines de lucro que aboga por políticas de elección de escuelas.
Una idea es trasladar dos importantes programas de financiación de la educación primaria y secundaria al Departamento de Salud y Servicios Humanos, como propone el Proyecto 2025, el plan conservador publicado por la Heritage Foundation. Trump se distanció del documento de políticas, pero una revisión de la CNN descubrió que al menos 140 personas que trabajaron en la primera administración de Trump estaban involucradas.
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El Proyecto 2025 también prevé la eliminación gradual de uno de esos programas, conocido como Título I, en un plazo de 10 años. La financiación del Título I se distribuye en función de la cantidad de estudiantes de familias de bajos ingresos. Aproximadamente el 60% de las escuelas primarias y secundarias eran elegibles para la financiación del Título I durante el año escolar 2021-22, según los últimos datos disponibles.
El Proyecto 2025 también plantea trasladar la Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación, encargada de investigar las denuncias de presunta discriminación en las universidades y escuelas primarias y secundarias, al Departamento de Justicia. Y propone trasladar la cartera de préstamos federales para estudiantes, de US$ 1,6 billones, al Departamento del Tesoro.
El presidente electo Donald Trump llega a la Base Conjunta Andrews en Maryland antes de reunirse con el presidente Joe Biden y miembros del Congreso en Washington. Crédito: Brian Snyder/Reuters.
Elección universal de escuela
Promesa: Trump apoya la elección universal de escuelas, lo que podría permitir a los padres usar fondos públicos para enviar a sus hijos a escuelas primarias y secundarias distintas a la escuela de su vecindario asignada, incluidas escuelas públicas, privadas o religiosas, según el sitio web Trump-Vance.
“La libertad de elección de escuelas es una de las cosas más importantes que vamos a hacer”, dijo Trump durante una entrevista con Fox Business en octubre. “Firmaré cualquier proyecto que tenga que ver con la libertad de elección de escuelas”, afirmó.
Cómo se podría llevar a cabo: históricamente, las iniciativas de elección de escuela habían sido lideradas por los estados. Más recientemente, algunos estados liderados por republicanos ampliaron los programas de elección de escuela para que todas las familias, independientemente de sus ingresos, sean elegibles para usar fondos públicos para enviar a sus hijos a escuelas privadas.
Probablemente el Congreso tendría que actuar para establecer un programa federal y universal de elección de escuelas financiado con dólares de los contribuyentes.
“En este momento, la principal iniciativa política a nivel federal es un crédito fiscal para becas”, dijo Derrell Bradford, presidente del grupo de defensa sin fines de lucro 50CAN.
A principios de este año, una comisión de la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley de elección universal de escuelas que contaba con el apoyo de decenas de copatrocinadores republicanos. Conocido como la Ley de Elección Educativa para Niños, el proyecto de ley crearía un fondo federal de becas que ayudaría a los estudiantes a cubrir los gastos relacionados con la educación pública y privada desde el jardín de infantes hasta el 12º grado. La legislación crearía un crédito fiscal para las empresas y las personas que contribuyan al fondo de becas.
Derechos LGBTQ
Promesa: Trump propuso repetidamente “mantener a los hombres fuera de los deportes femeninos” y dijo que, el primer día, deshará una regla implementada por Biden bajo el Título IX que buscaba expandir las protecciones para los estudiantes LGBTQ+.
Cómo se podría llevar a cabo: la nueva medida de Biden aclaró que la prohibición del Título IX sobre la discriminación “sexual” en las escuelas cubre la discriminación basada en la identidad de género, la orientación sexual y el “embarazo o condiciones relacionadas”.
Su administración no emitió una norma formal sobre la cuestión de la participación de estudiantes trans en equipos deportivos que sean coherentes con su identidad de género, lo que le dio la espalda a un tema muy controvertido en un año electoral. Pero es posible que el nuevo Gobierno de Trump pueda emitir su propia norma que aclare que el Título IX impide que los estudiantes trans jueguen en equipos deportivos femeninos.
La norma de Biden, que entró en vigor en agosto, fue rápidamente impugnada legalmente por los estados liderados por el Partido Republicano, y actualmente está suspendida en aproximadamente la mitad del país mientras los tribunales de apelaciones federales la revisan.
Trump no puede simplemente deshacer la nueva norma. Su secretario de Educación tendría que iniciar un proceso para deshacer la norma de la era Biden, lo que llevaría algún tiempo según los procedimientos de elaboración de normas federales.
También es probable que el Departamento de Justicia de Trump deje de defender la norma federal en los tribunales o pida a los jueces que pausen los procedimientos en los casos que desafíen la norma mientras su administración trabaja para deshacerla.
Vale la pena señalar que muchos estados azules ya tienen este tipo de protecciones antidiscriminación en sus leyes, por lo que una revocación de la norma se sentiría en gran medida en los estados liderados por republicanos.
“Los estados pueden ser más generosos en sus protecciones contra la discriminación, pero no más restrictivos de lo que permite la ley federal”, dijo Vanessa Kelly, abogada y experta en políticas del Título IX.
Derechos de los padres
Promesa: la plataforma de Trump pide restaurar el derecho de los padres a saber qué se les enseña a sus hijos en el aula y recortar la financiación de los programas escolares que “impulsan” la teoría crítica de la raza y la ideología de género en los niños.
“En lugar de adoctrinar a los jóvenes con material racial, sexual y político inapropiado, que es lo que estamos haciendo ahora, nuestras escuelas deben reorientarse totalmente para preparar a nuestros niños para tener éxito en el mundo”, dijo Trump en un video publicado en el sitio web de su plataforma en septiembre.
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Cómo se podría llevar a cabo: se deconoce cómo podría la administración Trump lograr estos objetivos. Los estados y las juntas escolares locales, no así el Gobierno federal, tienen control directo sobre el currículo en las escuelas.
Pero la nueva administración Trump podría establecer ciertos requisitos que las escuelas deben cumplir para recibir fondos federales. La Oficina de Derechos Civiles que existe actualmente dentro del Departamento de Educación también podría ser utilizada para presionar a las escuelas mediante investigaciones y demandas judiciales.
“Básicamente, la Oficina de Derechos Civiles puede jugar de un lado o del otro en estos temas”, comentó Thomas Toch, director de FutureEd, un grupo de expertos de la Escuela de Políticas Públicas McCourt de la Universidad de Georgetown.
Además, el presidente puede usar su posición para denunciar a las escuelas que, en su opinión, impulsan un currículo inadecuado.
“Como cualquier tema que un presidente apoya, influye en la opinión pública y favorece a quienes apoyan lo que el presidente defiende”, dijo Toch.
La gente camina por Old Main en el campus principal de la Universidad Estatal de Pensilvania. Crédito: Gene J. Puskar/AP.
Préstamos para estudiantes
Promesa: Trump no hizo promesas específicas sobre préstamos estudiantiles o ayuda financiera para la universidad. Pero su administración enfrentará una decisión sobre qué hacer con el plan de pago de préstamos estudiantiles de Biden, que actualmente está estancado en los tribunales y dejó a 8 millones de prestatarios en el limbo.
Lo que está en juego: el plan de pago Saving on a Valuable Education (SAVE) de Biden, que reduce los pagos mensuales y acorta el tiempo para calificar para la condonación de préstamos, está actualmente en suspenso, y los 8 millones de prestatarios inscritos no están obligados a realizar pagos. El plan fue impugnado en los tribunales por varios estados liderados por republicanos que argumentan que el presidente no tiene la autoridad para implementar el plan. Se espera un fallo inminente del Tribunal de Apelaciones del 8º Circuito de EE.UU .
La administración de Trump podría decidir rescindir el plan de pago, que fue creado mediante un proceso regulatorio, o dejar de defender el plan en los tribunales.
SAVE vincula los pagos a los ingresos del prestatario y al tamaño de su familia. Si bien otros planes de pago existentes hacen lo mismo, SAVE es el más generoso para los prestatarios de bajos ingresos.
Es poco probable que Trump elimine todos los planes de pago con base en los ingresos, pero muchos republicanos se oponen a la parte del plan SAVE que contempla la condonación de préstamos. El Proyecto 2025 propone crear un nuevo plan de pago basado en los ingresos y eliminar todos los demás.
La administración de Biden también tiene otras dos propuestas de condonación de préstamos estudiantiles que siguen sobre la mesa, pero ninguna se concretó y el nuevo Gobierno de Trump podría decidir no seguir adelante con su implementación. Una propuesta, que cancelaría los intereses para algunos prestatarios de préstamos estudiantiles, ya enfrenta una demanda liderada por los republicanos.
Hasta la fecha, Biden canceló una deuda récord de US$ 175.000 millones de préstamos estudiantiles para casi 5 millones de personas. El alivio de la deuda se produjo en gran medida a través de programas federales anteriores a la administración de Biden, lo que hace menos probable que se puedan recuperar las cancelaciones de deuda.
Durante su primer mandato, Trump propuso eliminar gradualmente uno de esos programas preexistentes de condonación de préstamos para empleados del sector público, conocido como Programa de Condonación de Préstamos para el Servicio Público, que otorga un alivio después de que los prestatarios realicen 10 años de pagos calificados. Pero como el programa fue creado por el Congreso, tendría que ser disuelto por el Congreso, y esa medida no recibió apoyo en el pasado.
La primera administración de Trump también intentó limitar la defensa del prestatario al programa de pago, que otorga alivio de la deuda a las personas que fueron mal aconsejados por su universidad. Si bien los prestatarios tienen derecho a este tipo de alivio de la deuda según la ley, el programa que establece las reglas para determinar quién es elegible fue creado por la administración de Obama y puede ser modificado por el proceso de elaboración de normas del Departamento de Educación.
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