(CNN) — La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) acaba de finalizar una de las únicas normas climáticas pendientes de la administración Biden, destinada a tomar medidas enérgicas contra las fugas de metano, un potente gas que calienta el planeta y tiene un impacto descomunal en el clima.
La norma, propuesta hace casi un año, fue ordenada por la Ley de Reducción de la Inflación, lo que podría dificultar su desmantelamiento por parte de la segunda administración de Trump.
La nueva norma cobrará a los productores de petróleo y gas que emiten grandes cantidades de metano una tarifa por desperdiciar dicho metano por encima de un determinado umbral venteándolo o quemándolo en la atmósfera en lugar de capturarlo. La tarifa por el metano será cobrada por el gobierno federal hasta que las empresas reparen las fugas.
Esta tarifa se combinó con incentivos financieros para que las compañías de petróleo y gas repararan tuberías o infraestructuras con fugas.
El metano es un gas inodoro e invisible que tiene un poder de calentamiento 80 veces superior al del dióxido de carbono. Es el principal componente del gas que calienta nuestros hogares y alimenta nuestras estufas, y es uno de los principales subproductos de la extracción de petróleo y gas.
También está calentando drásticamente el planeta. Un grupo internacional de científicos llegó a la conclusión de que la concentración de metano en la atmósfera es ahora más alta que en cualquier otro momento en al menos 800.000 años. Es responsable de hasta un tercio del calentamiento global que experimentó el planeta hasta ahora, según la EPA.
La norma podría resultar difícil de revocar para la administración entrante de Trump porque el programa estaba incluido en la ley climática de Biden, que fue aprobada por el Congreso en 2022. Para deshacerla se necesitaría otro acto del Congreso; si bien no es imposible si los republicanos ganan la Cámara de Representantes, podría ser una tarea cuesta arriba y llevar más tiempo que si la administración Trump actuara por su cuenta.
“La EPA estuvo trabajando con la industria, los estados y las comunidades para reducir las emisiones de metano de modo que el gas natural llegue finalmente a los consumidores como combustible utilizable en lugar de como un gas de efecto invernadero dañino”, dijo el administrador de la EPA, Michael Regan, en un comunicado.
Según la Agencia, esta norma por sí sola evitaría que 1,2 millones de toneladas métricas de metano contaminen la atmósfera, el equivalente a retirar de circulación casi 8 millones de automóviles a gasolina durante un año.
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