(CNN) — La inflación en Estados Unidos continuó desacelerándose en septiembre, alcanzando un nuevo mínimo de tres años y medio y situándose a un ritmo similar al observado en 2017 y 2018, según nuevos datos publicados el jueves.
El Índice de Precios al Consumidor, que mide los cambios de precios en bienes y servicios comúnmente adquiridos, fue del 2,4% durante los 12 meses que terminaron en septiembre, desacelerándose desde una tasa anual del 2,5% en agosto, según el último informe de la Oficina de Estadísticas Laborales (LS por sus siglas en inglés).
Eso es menos de lo que esperaban los economistas: las estimaciones de consenso de FactSet eran de un aumento del 2,3%; sin embargo, la inflación medida por el IPC está en su ritmo más lento desde febrero de 2021.
En términos mensuales, los precios aumentaron un 0,2%, en línea con el avance de agosto, pero más rápido que las proyecciones de los economistas del 0,1%.
Un aumento en los precios de los alimentos, combinado con los continuos aumentos de precios relacionados con la vivienda, impulsó el IPC general al alza el mes pasado, dijo la BLS.
Excluyendo los costos de alimentos y energía, categorías que suelen ser bastante volátiles, el IPC básico subió un 0,3% en septiembre, lo que elevó la tasa anual al 3,3% después de mantenerse firme en el 3,2% los dos últimos meses.
Se esperaba que la medición del IPC básico fuera estable durante el mes, reflejando la inflación persistentemente alta de la vivienda y un puñado de aumentos temporales en los precios de ciertas categorías como seguros, costos de alojamiento y precios de vehículos.
Aun así, los economistas dicen que la inflación va en la dirección correcta, porque los factores que impulsaron los precios al alza durante la era de la pandemia se han desvanecido en gran medida, mientras que la demanda se ha desacelerado a niveles más normales.
La Reserva Federal de Estados Unidos cambia el foco de la inflación
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