(CNN) — Boeing, que enfrenta enormes pérdidas financieras debido a una huelga paralizante y años de problemas operativos y de seguridad, recurrirá a los principales bancos y Wall Street para recaudar decenas de miles de millones de dólares en efectivo.
En una presentación regulatoria el martes por la mañana, la compañía anunció planes para solicitar un préstamo de US$ 10.000 millones de un consorcio de bancos. También anunció por separado planes para recaudar US$ 25.000 millones mediante la venta de acciones y deuda. Los planes de préstamo de US$ 10.000 millones se incluirían en los US$ 25.000 millones que Boeing presentó para recaudar.
La deuda de la compañía se disparó en los últimos seis años, debido a que Boeing reportó pérdidas operativas centrales de más de US$ 33.000 millones. Su producción de aviones comerciales se ha detenido casi por completo debido a una huelga de un mes por parte de 33.000 miembros de la Asociación Internacional de Maquinistas (IAM, por sus iniciales en inglés).
Las conversaciones entre Boeing y la IAM se rompieron la semana pasada sin nuevas negociaciones planificadas. El viernes, el nuevo CEO de Boeing, Kelly Ortberg, anunció planes para recortar el 10% de su personal mundial de 171.000 trabajadores.
La calificación crediticia de Boeing cayó al nivel más bajo de grado de inversión, justo por encima del estado de “bono basura”, y las principales agencias de calificación crediticia han advertido que Boeing está en peligro de ser degradado a basura. Eso aumentaría su costo de endeudamiento. La deuda a largo plazo de Boeing incrementó a US$ 53.000 millones al final de junio desde US$ 10.700 millones al final de marzo de 2019, cuando un segundo accidente fatal del 737 Max llevó a una suspensión de 20 meses de ese avión, el más vendido de la compañía.
Una crisis que aumenta
En los últimos seis años, Boeing ha sido sacudido por un problema tras otro, que van desde lo embarazoso hasta lo trágico. Dos accidentes del 737 Max mataron a 346 personas, una tragedia por la cual la compañía acordó declararse culpable de engañar a la Administración Federal de Aviación durante el proceso de certificación del avión. Un juez federal está considerando si acepta o no su acuerdo de culpabilidad que incluiría hasta US$ 487 millones en multas y requeriría que opere bajo la supervisión de un monitor designado por el tribunal. Los abogados de las familias de las víctimas del accidente argumentaron en la corte que la pena no es lo suficientemente severa.
Denunciantes han testificado ante el Congreso que el proceso de producción de Boeing priorizó las ganancias sobre la seguridad y la calidad, violando las propias reglas de la compañía. Eso se hizo evidente en enero cuando un tapón de puerta se desprendió del costado de un 737 Max operado por Alaska Airlines, dejando un agujero en el avión poco después del despegue. Aunque ninguno de los miembros de la tripulación o pasajeros resultó gravemente herido, el incidente generó numerosas investigaciones federales, incluida una que encontró que el avión había salido de una fábrica de Boeing sin los cuatro pernos necesarios para mantener el tapón de la puerta en su lugar.
La huelga del IAM es solo el golpe más reciente. El mes pasado, la compañía y la dirección del sindicato acordaron un acuerdo tentativo que habría dado a los miembros del sindicato un aumento del 25% durante la vigencia de cuatro años del contrato, solo para que la base votara casi unánimemente para rechazar el acuerdo e ir a la huelga. La oferta de Boeing de subir los aumentos al 30% durante la vigencia del acuerdo también fue rechazada por los negociadores sindicales.
A pesar de todos sus problemas, Boeing puede pedir dinero prestado al consorcio de bancos y probablemente podrá vender las acciones y emisiones de deuda que necesita en Wall Street debido a la posición de mercado única en la que opera. Boeing y su rival europeo Airbus son esencialmente las únicas compañías que fabrican los aviones jet de gran tamaño que la industria aérea global necesita. Su lugar como parte de un duopolio esencialmente asegura su supervivencia.
Ambos tienen carteras de pedidos que se extienden por años en el futuro. Y Airbus no tiene la capacidad para asumir los pedidos de Boeing. Si una aerolínea cancela sus pedidos de aviones Boeing y realiza pedidos con Airbus en su lugar, tendría que esperar hasta cinco años para que comiencen las entregas de esos aviones. Y tomaría años para que otro competidor obtuviera la aprobación para su propio avión si intentara ingresar al mercado. Así que, aunque Boeing ha perdido cuota de mercado frente a Airbus en los últimos años, no va a desaparecer.
Son obstante, la paralización de la producción de su 737 Max, así como de sus cargueros 767 y 777 causada por la huelga, creará más problemas de flujo de efectivo para Boeing a corto plazo, ya que obtiene la mayor parte del dinero de la venta de un avión en el momento de la entrega. Además, la compañía anunció el viernes que su ya retrasado 777X, la próxima generación de ese avión de pasajeros de fuselaje ancho, se retrasará aún más debido a problemas descubiertos durante los vuelos de prueba. Así las cosas, se estima que las entregas comiencen a darse desde 2026.
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