(CNN Español) — El Gobierno de Javier Milei anunció la salida de Diana Mondino de la Cancillería tras una decisión tomada por la ministra en contra de la postura oficial: Argentina votó a favor de una resolución de la Asamblea General de la ONU contra el embargo de Estados Unidos a Cuba.
El texto de la resolución a la que adhirió Argentina, entre otras cosas, califica de “ilegal” la política hacia la isla y reafirma “la igualdad soberana de los Estados, la no intervención y no injerencia en sus asuntos internos y la libertad de comercio y navegación internacionales, consagrados en numerosos instrumentos jurídicos internacionales”.
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De los 190 países que votaron el documento, solo EE.UU. e Israel lo hicieron en sentido contrario, justamente las dos naciones que Milei considera sus principales aliados en materia de política exterior.
Si bien el respaldo argentino coincidió con una posición que distintos gobiernos del país sostienen desde hace más de tres décadas en contra de los embargos en general, contradice directamente al presidente, razón suficiente para poner fin a la tambaleante gestión de Mondino al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores.
“Argentina atraviesa un período de cambios profundos, y esta nueva etapa exige que nuestro cuerpo diplomático refleje en cada decisión los valores de libertad, soberanía y derechos individuales que caracterizan a las democracias occidentales”, expresó el comunicado que anunciaba la renuncia de Mondino.
“Nuestro país se opone categóricamente a la dictadura cubana y se mantendrá firme en la promoción de una política exterior que condene a todos los regímenes que perpetúan la violación de los derechos humanos y las libertades individuales”, añadió. Una de las razones de la posición de Argentina contra los embargos es el concepto de que estas sanciones afectan más a la población del país sancionado que a sus gobiernos.
Los múltiples escándalos diplomáticos que protagonizó el propio Milei con países como España, Colombia, México, Brasil y Chile dificultaron la tarea de Mondino durante sus diez meses de gestión. Sin embargo, algunos errores no forzados de la ministra erosionaron su relación con el Ejecutivo y precipitaron su salida, que llega como un final anunciado.
Una semana atrás, la excanciller estuvo en el ojo de la tormenta a raíz de un comunicado de su cartera en el que se refería a las Islas Malvinas como Falklands, nombre que se les da en el Reino Unido, y generó una enérgica condena de distintos sectores.
El texto, posteriormente eliminado, anunciaba una reunión con el Comité Internacional de la Cruz Roja para identificar los restos de los caídos en la Guerra de las Malvinas en 1982.
La funcionaria debió dar explicaciones al respecto. Desmintió que se haya llamado a las islas “por otro nombre”, y aseguró que se está “trabajando para recuperarlas”.
“Respecto de la versión maliciosa, publicada en la web del Gobierno, estamos identificando al responsable para despedirlo. Vamos a ir a fondo contra cualquiera que, guiado por la ideología de izquierda, atente contra los intereses de los argentinos”, aclaró.
El escrito había sido a su vez replicado por el Ministerio de Defensa, encabezado por Luis Petri, quien también debió expresarse por este tema.
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En una entrevista con Radio Mitre, Petri dijo que “se habría manipulado la gacetilla original, se habría cambiado el texto y se habría incorporado esta denominación impropia”.
“Instruí la realización de un sumario porque hay una diferencia entre el texto que realiza Cancillería y el que se sube”, añadió, y aseguró que esa manipulación del contenido no debería ocurrir, “habida cuenta que Defensa no participó de la reunión”.
En la misma línea que Mondino, Petri expresó que lo que buscan es “echar al responsable”.
Esta no fue la única vez que los temas relacionados al archipiélago le valieron a Mondino roces con el Gobierno.
En septiembre, la vicepresidenta Victoria Villarruel la cruzó duramente por un acuerdo firmado con el Reino Unido. Entre otras cosas, este buscaba retomar las negociaciones del Plan Proyecto Humanitario con la Cruz Roja Internacional para identificar soldados caídos, y organizar un viaje para los familiares de fallecidos en combate.
“¿Nos toman por tontos? Ellos obtienen ventajas materiales, concretas e inmediatas, mientras que a nosotros nos ofrecen migajas como consuelo emotivo y debilitan nuestra posibilidad de negociación”, dijo entonces la vicepresidenta.
Mondino también tuvo traspiés a nivel regional. El 2 de agosto, días después de las elecciones en Venezuela, la entonces canciller publicó un mensaje en la red social X (antes Twitter) en el que reconocía a Edmundo González como presidente electo.
Sin embargo, horas más tarde, las cuentas oficiales de Cancillería emitieron un nuevo mensaje que aclaraba la postura oficial: “La República Argentina sigue con extrema atención y preocupación los acontecimientos en Venezuela a fin de pronunciarse en forma definitiva”.
El Ministerio de Relaciones Exteriores confirmó su postura oficial recién el 7 de agosto, con un fuerte respaldo a González Urrutia. Quedó así expuesta otra contradicción en el manejo de las relaciones internacionales de Argentina.
Mondino ya llegaba a esas idas y venidas habiendo protagonizado un escándalo meses atrás, cuando en mayo aseguró que “los chinos son todos iguales”.
Esa frase surgió en el marco de su visita a París para participar de reuniones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Días antes, la ministra se había encontrado en Beijing con su par Wang Yi, quien había destacado a Argentina como “socio estratégico”.
Las declaraciones surgieron tras una entrevista con el diario Clarín, donde se la consultó por las inspecciones que en ese entonces hizo el Gobierno sobre una base espacial china en la provincia de Neuquén. El propósito de las mismas era confirmar que sus actividades fueran exclusivamente civiles y no militares.
“Nadie detectó que hubiera personal militar allí (…), los que fueron de investigación no identificaron que hubiera personal militar. Son chinos, son todos iguales”, dijo.
Sobre ese punto giró su posterior aclaración en Radio Mitre, donde consideró que la frase pudo haber sido tomada fuera de contexto, y esbozó una defensa: “Son todos iguales los que participaron, son todos civiles. Estamos hablando de la visita a la estación espacial china en Neuquén, que fue hace pocos días y destaqué la naturaleza civil del personal, que no había uniformes. Los argentinos también eran todos iguales, ninguno estaba uniformado”, sostuvo.
Estos incidentes fueron desgastando la relación del Gobierno con la Cancillería, algo que se tradujo en algunos gestos del último tiempo. Por ejemplo, Mondino fue excluida de la comitiva del G7 y de la última gira oficial a Francia, en la que la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, sostuvo encuentros con la primera dama, Brigitte Macron, y el ministro de Economía, Antoine Armand.
Todas estas tensiones escalaron hasta llegar al cambio de mando en Cancillería, que vino acompañado de otro anuncio del Gobierno, el comienzo de una “auditoría del personal de carrera de la Cancillería, con el objetivo de identificar impulsores de agendas enemigas de la libertad”.
Gerardo Werthein, su reemplazante
La confirmación de la salida de Mondino vino acompañada del nombre de su reemplazante. Gerardo Werthein llega tras dejar sus funciones como embajador en EE.UU., rol que lo mantuvo cerca de Milei, a quién acompañó en encuentros clave.
También integró comitivas presidenciales en algunos encuentros de alto calibre, como las reuniones con Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, en la cumbre del G7, y con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, en julio, durante su visita oficial a París.
Pese a ello, la incursión de Gerardo Werthein como representante argentino en el exterior implica una pequeña parte de su trayectoria profesional.
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Reconocido empresario, dedicó gran parte de su vida a los negocios. De hecho, su familia es fundadora del Grupo Werthein, un holding en el que conviven hoy distintas ramas de esa familia, con importante presencia local e internacional que se desempeña en rubros variados, que abarcan desde la agroindustria, alimentos y bebidas, hasta entretenimiento, tecnología, salud , desarrollos inmobiliarios y seguros.
Werthein no solo tiene una amplia carrera en el ámbito empresarial, sino que ha hecho un largo camino en el deporte argentino.
Su título de doctor en Medicina Veterinaria coincide con sus comienzos como competidor en deportes ecuestres. Su trayectoria en estas disciplinas le permitió ser jefe de equipo en las delegaciones argentinas de distintas competencias internacionales, como los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, Atenas 2004 y Beijing 2008.
Además, como presidente del Haras El Capricho, es parte de la organización de un importante evento hípico que desde 1999 reúne a jinetes de todo el mundo.
Entre 2009 y 2021 fue presidente del Comité Olímpico Argentino (COA) y posteriormente se le otorgó el título de presidente honorario. Incluso ocupó distintos roles en el Comité Olímpico Internacional (COI) que le permitieron, entre otras cosas, integrar las comisiones de coordinación de los Juegos Olímpicos de París 2024 y Los Ángeles 2028.
A nivel local, impulsó la creación del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard), que lideró entre 2010 y 2021. Desde este lugar, junto a su papel en el COA, fue una pieza importante en la organización de los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018.
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