(CNN Español) –– El presidente de Argentina, Javier Milei, dijo en una entrevista a la prensa local que los dos políticos “más relevantes del planeta Tierra” son él mismo y Donald Trump.
Este dato no se refleja en ningún ranking ni medición, pero el mandatario argentino acostumbra hacer declaraciones grandilocuentes sobre sí mismo, su Gobierno y sus funcionarios, de dudoso sustento (o directamente inexistente).
A dos meses de las elecciones en Estados Unidos, ¿qué costo pueden tener para Argentina estas declaraciones a favor de uno de los dos principales candidatos?
Desde que Joe Biden se bajó de la carrera presidencial, Kamala Harris se volvió una candidata mucho más competitiva para el Partido Demócrata con altas oportunidades de ser su sucesora. Según la última encuesta de ABC News e IPSOS, la demócrata aventaja a Trump en intención de voto y popularidad.
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Si bien no es la primera vez que Milei expresa públicamente su afinidad con Trump, es cierto que también fue contundente en que su posición es de alineamiento con Estados Unidos, sin importar quien gobierne, más allá de sus preferencias.
Hasta acá no pareciera que ninguna de sus declaraciones haya hecho crujir la relación bilateral, pero ¿puede la insistencia a medida que se acercan los comicios tener consecuencias en caso de un triunfo de los demócratas?
Analistas consultados por CNN coinciden en que la respuesta es más no que sí.
“En la medida en la cual Argentina esté alineada con Estados Unidos, no se va a resentir la relación bilateral”, dice el abogado especializado en relaciones internacionales, Martín Schapiro, también exsubsecretario de Asuntos Internacionales de la Secretaria de Asuntos Estratégicos de la Nación hasta 2023. “Lo que va a primar en el vínculo son los factores estructurales”, explica.
En la misma línea, Federico Merke, politólogo y director de la maestría en Política y Economía Internacionales de la Universidad de San Andrés, agrega que le cuesta mucho pensar que Milei se vea ofuscado ni decepcionado ante un eventual triunfo de Harris. “La saludará y esperará lo mejor de ella. Los vínculos entre Estados Unidos y Argentina están yendo más allá de lo que es la dimensión ejecutiva”, señala y enumera los temas que considera de relevancia en el vínculo entre los países: “La seguridad, las Fuerzas Armadas, la cooperación y cierta aversión a China”.
En abril de este año, Milei se reunió con la general Laura Richardson, jefa del Comando Sur de EE.UU., para visitar los avances de una Base Naval Integrada en Tierra del Fuego que “convertirá a ambos países en la puerta de entrada al continente blanco” – es decir la Antártida –, según dijo la presidencia entonces. Richardson expuso que entre sus objetivos estaba frenar la expansión china en la región, que además tiene una estación terrestre en la Patagonia argentina.
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No fue la única visita de ese país, Milei también recibió al secretario de Estado, Antony Blinken, quien habló de profundizar las relaciones bilaterales y de potenciales inversiones en el país, y al jefe de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, William Burns.
En este contexto, la administración de Biden también logró que Argentina comprara aviones y equipamiento de defensa de fabricación estadounidense a Dinamarca, en lugar de comprarlos a China, tal como pretendía el Gobierno de Alberto Fernández.
A nivel regional, un triunfo de Trump sí mueve las fichas del tablero en el continente y en consecuencia tendrá su impacto en Argentina.
“Para Milei sería leído como el triunfo de una idea, de una causa”, dice Merke, “en ese escenario, se presentaría a sí mismo como que está yendo en la dirección correcta”.
Para Schapiro, la gran diferencia se vería reflejada en la relación con Brasil y eso impactaría el posicionamiento de Argentina. “Si Estados Unidos está lejos de Brasil y lejos de Colombia, los socios regionales que te presentan un alineamiento tan grande como el que ofrece Milei tienen otro valor”, explica.
“Hay iniciativas a nivel presidencial que está llevando adelante la administración de Biden con la administración de Lula, relacionadas al trabajo sindicalizado o la transición energética, que serían difícilmente repetibles con una administración de Trump”, dice Schapiro. En ese hipotético escenario, el analista ve que Argentina ocupa un rol ideológico que Milei supo construir y que tiene valor.
En cuanto al comercio, EE.UU. es el cuarto socio comercial más importante para Argentina. En el primer semestre de 2024, las exportaciones a ese país aumentaron más de un 15% respecto de 2023. En cambio, para el país norteamericano, Argentina ocupa el número 48, para el mismo período. Es decir, la dependencia de uno y otros país es completamente asimétrica.
“Las relaciones diplomáticas y comerciales a veces se ven de una manera muy lineal y no funciona así en general”, dice Schapiro. “Los países valoran otras cosas: si se normaliza el flujo de importadores, si hay una perspectiva mayor o menor de pagar la deuda”, explica Schapiro.
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Además, la dependencia de Argentina del financiamiento externo y especialmente con el Fondo Monetario Internacional es tema de especulación sobre cómo podría influir cada candidato en caso de llegar a la Casa Blanca.
Para Schapiro es una expectativa válida, aunque dice ser escéptico respecto de cuánto puede cambiar uno u otro triunfo. “Va a haber una disposición más grande y una cercanía más grande con Argentina en caso de un gobierno republicano y sabemos el peso que tiene Estados Unidos en el FMI”, reflexiona. “Obviamente la voluntad de la administración estadounidense va a ser clave, pero hasta ahora no he visto que la voluntad de la administración estadounidense esté guiada por factores políticos de cortísimo plazo”, dice.
Merke trae un contrapunto. “La percepción del gobierno argentino es que Trump le vendría mucho mejor que Harris, yo tiendo a pensar que esa percepción está un poquito sobredimensionada”, dice y explica que, por un lado, Trump no es de tener una buena relación con organismos internacionales, pero a eso le suma otro aspecto. “Si gana Harris, va a heredar buena parte de la burocracia de Biden que es la que ya viene tratando el vínculo entre el FMI y Estados Unidos”, en cambio para Trump, con todo su desembarco en ese país, es poco probable que Argentina sea su prioridad.
La foto actual indica que las relaciones entre Estados Unidos y Argentina seguirán fluyendo en cualquier escenario, pero todavía faltan dos meses para la contienda. Habrá que esperar.
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