Adoctrinados, leales y bien entrenados: no hay que subestimar a los soldados norcoreanos en Rusia, dicen algunos expertos

Lejos de sus hogares, en uno de los Estados más aislados y herméticos del mundo, unos 11.000 soldados norcoreanos se encuentran en el centro del mayor conflicto de Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

Poco se sabe de las tropas norcoreanas desplegadas para apoyar a Rusia en su devastadora guerra de un año en Ucrania; tampoco se sabe qué se les ordenará hacer exactamente. Su presencia ni siquiera fue reconocida oficialmente por Moscú o Pyongyang.

Los servicios de inteligencia estadounidenses, ucranianos y surcoreanos dicen que los norcoreanos ya participaron en operaciones de combate, uniéndose a una fuerza rusa de decenas de miles de soldados para llevar a cabo un asalto contra posiciones ucranianas en la región occidental rusa de Kursk. Se ha especulado mucho sobre la actuación de estas fuerzas militares.

Corea del Norte sufrió “varios cientos” de bajas –entre muertos y heridos– en la región de Kursk desde que envió miles de efectivos a Rusia en octubre, según declaró este martes un alto funcionario estadounidense.

Según Ucrania, al menos 30 soldados norcoreanos murieron o resultaron heridos en combates librados solo durante el fin de semana cerca de aldeas de Kursk próximas a la frontera ucraniana. Una unidad ucraniana informó que los norcoreanos –con uniformes diferentes a los rusos– habían lanzado ataques de infantería utilizando “las mismas tácticas que hace 70 años”, en una aparente referencia a la Guerra de Corea, en la que se utilizaron oleadas de infantería.

Los soldados de Pyongyang carecen de experiencia de combate en el mundo real y se enfrentarán a un terreno desconocido en un escenario de guerra brutal y moderno, que ha sembrado el caos y el horror en ambos bandos mientras los muertos se amontonan en las líneas del frente.

“Si tuviera que describir su capacidad en términos más generales y no pensar en el equipo que tenían, le diría que no son tropas curtidas en la batalla, que no estuvieron en combate antes”, dijo el funcionario estadounidense, añadiendo que su evaluación era que las bajas incluían “todos los rangos”, incluidos los líderes en los nodos de mando y control.

Pero algunos analistas advirtieron que no se debe subestimar a los norcoreanos.

El líder norcoreano Kim Jong Un enviará “lo mejor” de una fuerza de élite de soldados altamente entrenados y “adoctrinados” conocida como Cuerpo de Asalto (Storm Corps), según el teniente general retirado Chun In-bum, veterano del ejército surcoreano.

Algunos son fuerzas especiales, como los Navy Seals o los Rangers estadounidenses, o el SAS británico. Otros son infantería ligera y francotiradores.

El Cuerpo de Asalto –el 11º cuerpo del Ejército norcoreano– están “mejor entrenados, tienen mejor físico y están mejor motivados que el soldado norcoreano medio”, afirmó Chun.

El material propagandístico norcoreano difundido este año por los medios de comunicación estatales mostró a Kim supervisando entrenamientos de operaciones especiales caracterizados por demostraciones extremas de fuerza, incluido el aplastamiento de bloques de hormigón sobre los torsos desgarrados de soldados desnudos hasta la cintura.

Michael Madden, miembro no residente del programa 38 North del Centro Stimson de Washington, afirma que este mayor despliegue de soldados norcoreanos desde la guerra de Vietnam está equipado con “ciertos trucos psicológicos” para perseverar.

“Estos tipos están programados. Estos tipos están adoctrinados”, dijo. “Pero la pregunta es, ¿Qué tan bien adoctrinados? ¿Qué tan bien programados están?”.

“Probablemente están mejor posicionados que otros militares, u otros miembros de fuerzas armadas que van a un conflicto extranjero, en cuanto a la preparación de sus mentes”, dijo.

La fortaleza mental, sin embargo, puede no ser suficiente para superar los peores desafíos a los que podrían enfrentarse los soldados norcoreanos.

La guerra con drones ha transformado el campo de batalla en Ucrania, aportando nuevos niveles de vigilancia y destrucción de objetivos militares, pero también de civiles e infraestructuras cívicas.

Las tácticas de “picadora de carne” de Rusia, particularmente en los combates por el este de Ucrania, han ofrecido esencialmente a los reclutas rusos como carne de cañón.

También existe la posibilidad muy real de que armas fabricadas en Estados Unidos maten a norcoreanos. La Casa Blanca dijo que los soldados son “juego limpio” y “blancos justos”.

Los legisladores surcoreanos afirman que Rusia está enseñando a los soldados unos 100 términos militares básicos como “fuego” y “en posición”, mientras surgen informes sobre problemas de mando y comunicación.

En Rusia, su entrenamiento incluyó artillería, manejo de vehículos aéreos no tripulados y operaciones básicas de infantería, incluida la limpieza de trincheras, “que son habilidades críticas para las operaciones en primera línea”, según el Departamento de Estado estadounidense.

Y las evaluaciones de los servicios de inteligencia sugieren que los norcoreanos se están integrando en las fuerzas armadas rusas.

El éxito de Moscú en la utilización de los soldados “dependerá en gran medida de lo bien que los rusos puedan integrarlas en sus fuerzas armadas”, dijo el Departamento de Estado.

Aún no está claro si cavarán trincheras, vigilarán puestos o lucharán en el frente.

“Cuando los atrapemos o veamos un cadáver, sabré con certeza que están aquí”, declaró a CNN a principios de diciembre Oleksandr, comandante de unidad del 225º batallón de asalto ucraniano.

Corea del Norte es una de las naciones más militarizadas del mundo, con 1,2 millones de efectivos en las fuerzas armadas, según el CIA World Factbook, y todos los ciudadanos deben cumplir el servicio militar obligatorio a partir de los 17 años.

Este periodo suele durar 10 años para los hombres, aunque las últimas evaluaciones sugieren que Corea del Norte redujo el tiempo a la mitad.

Según Chun, es probable que las fuerzas especiales norcoreanas tengan prioridad para recibir mejor comida y ropa, mientras que los reclutas regulares han tenido dificultades en el pasado.

Kim Seong-han, un desertor que vive en el Sur, recuerda sus 12 años en el Ejército norcoreano como una época de poca comida, mal trato y agotadoras marchas invernales sin dormir.

En 1989, se alistó como soldado en Kaesong, ciudad cercana a la frontera surcoreana, y sirvió durante la catastrófica hambruna norcoreana de los años 90, que acabó con la vida de hasta un millón de personas.

“Antes de 1991, aún podíamos comer carne, pero a partir de ese año, la carne empezó a escasear”, dijo Kim, que pidió utilizar un seudónimo por razones de seguridad. “La ración de arroz, que solía ser de 800 gramos por comida, se redujo a 800 gramos diarios y, finalmente, solo nos daban harina de maíz sin arroz”.

La desnutrición era moneda corriente entre sus compañeros, añadió.

Durante el entrenamiento, Kim Seong-han dijo que había accidentes regulares “como fallos de tiro, soldados que detonaban granadas accidentalmente y otros percances con las armas”.

“Un ejemplo de nuestro entrenamiento sería una marcha invernal: marchar 150 kilómetros durante tres días sin dormir”, dijo.

Un punto positivo era la calefacción decente y la electricidad las 24 horas del día en los barracones, a diferencia de las casas de muchos norcoreanos, añadió.

Kim Seong-han escapó a Corea del Sur en 2017. Aunque su experiencia militar norcoreana terminó hace más de dos décadas, ofrece una visión de un mundo que rara vez entienden los forasteros.

Relatos más recientes de la vida como soldado norcoreano también pintan un panorama sombrío.

A un soldado, que recibió múltiples disparos cuando desertó al sur en 2017 corriendo a través de la fuertemente fortificada zona desmilitarizada, se le encontraron gusanos parasitarios y una infección hepática crónica.

Algunos de los parásitos extraídos medían hasta 27 centímetros (más de 10 pulgadas), según los médicos surcoreanos que lo trataron. Un tipo de gusano que encontraron suele afectar a los perros.

“Todo el mundo tenía hambre, incluso los soldados”, dijo entonces otro desertor norcoreano y exoficial del Ejército, Kang Ri Hyuk. “Hay muchos soldados que también mueren de enfermedades porque no reciben tratamiento médico”.

También hubo informes de soldados norcoreanos que roban alimentos de aldeas y granjas rurales.

Corea del Norte tiene un largo historial de grave escasez de alimentos y hambrunas. Según el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, más del 40% de la población está desnutrida.

Sin embargo, algunas unidades militares norcoreanas están bien abastecidas y “tienen un suministro regular de alimentos y logística”, afirma Madden, de 38 North.

“Tienen suficiente para comer. O, más para comer que el ciudadano norcoreano medio”, dijo.

“Están bien equipados en cuanto a ropa. Hay calefacción en los barracones. Hay tiempo libre o actividades recreativas, y la propia unidad militar está bien abastecida en cuanto a materiales de construcción, materiales agrícolas”.

En la sociedad norcoreana, un miembro del 11º Cuerpo de Ejército ocuparía probablemente una posición relativamente privilegiada.

La división goza de gran estima, no muy por debajo de las unidades que proporcionan escolta de seguridad al líder norcoreano Kim, y la lealtad al régimen es clave para ser admitido.

“Investigan tus antecedentes familiares hasta el segundo grado; es decir, primos segundos, y saben quiénes son tus padres, saben dónde vives”, explica Madden.

“Si lo haces bien en un entrenamiento específico o en un ejercicio de entrenamiento, puede que te recluten o te reasignen al 11º Cuerpo del Ejército, pero está formado principalmente por soldados que tienen la agudeza física y las capacidades físicas, además de tener unos determinados antecedentes”.

Las fuerzas especiales están entrenadas para llevar a cabo misiones en el interior del territorio enemigo, recopilar información y lanzar ataques directos.

“Estas unidades norcoreanas, su misión principal es perturbar”, dijo Chun, exoficial del Ejército surcoreano.

Parte del 11º Cuerpo de Ejército es una división de comandos de 10.000 efectivos entrenados para saltar en paracaídas o penetrar en territorio enemigo y llevar a cabo asesinatos, daños a infraestructuras y sabotajes, según Madden.

Algunas unidades de comandos están entrenadas incluso para quitarse la vida antes que ser capturadas, afirmó.

Chun dijo que la mayoría de los soldados norcoreanos que conoció durante su servicio tomarían esa fatal decisión.

“Esto se debe a que si uno se suicida, en Corea del Norte se ocupan de sus familias”, explica. “Serías considerado un héroe para el resto de la eternidad”.

En los últimos años, Kim trató de hacer más eficiente el enorme Ejército norcoreano.

“Está seleccionando a sus soldados, los está haciendo rotar por armamento específico… Así que está tratando de mantener la mayor eficiencia posible”, dijo Chun.

“No es capaz de tener un Ejército que funcione al 100%, pero tiene un Ejército dedicado e incluso con 200.000 hombres, es un número considerable (mayor) que la mayoría de los países europeos”.

No está claro si los soldados norcoreanos enviados a Rusia pudieron elegir su despliegue, o si a ellos o a sus familias se les ofrecieron incentivos.

Pero la perspectiva de dinero en efectivo y la oportunidad de ir al extranjero puede ser atractiva para muchos.

Según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington, Rusia “probablemente está pagando todos los costos de despliegue de los norcoreanos, así como un estipendio para las propias tropas”.

La inteligencia surcoreana sugiere que los soldados norcoreanos en Rusia podrían estar recibiendo salarios de US$ 2.000 al mes.

“El soldado norcoreano (medio) recibe un dólar al mes”, dijo Chun. “No va a recibir todo (el dinero ruso). Kim Jong Un se llevará al menos el 90%, pero (el soldado) seguirá recibiendo US$ 300. Es mucho dinero para un norcoreano”.

En octubre, el proyecto ucraniano “Quiero vivir”, cuyo objetivo es incentivar y ayudar a los soldados rusos a desertar, publicó un video en coreano en el que prometía “tres comidas calientes al día”, atención médica y buen trato a las fuerzas norcoreanas que se rindieran.

Pero los analistas dijeron que era poco probable que se produjeran deserciones masivas.

“Una cosa que hay que saber sobre los norcoreanos en el extranjero es que siempre están emparejados. Un soldado norcoreano que intente desertar a Ucrania recibirá un disparo en la cabeza de su compañero o al revés”, explicó Madden.

Chun advirtió que “nunca se sabe cómo se comportarán los soldados bajo el fuego”. Y lo bien que se comporten tendrá ramificaciones mucho más allá de la guerra de Rusia.

“Si los norcoreanos fracasan en sus misiones, si son un puñado de soldados inexpertos, eso tiene muchas más implicaciones para la seguridad de la península coreana”, dijo.

“Pero si son buenos, si aprenden, y ya van a aprender incluso fracasando, seguirá siendo una mala noticia para nosotros en la Península de Corea, e incluso para el mundo”.

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