Nota del editor: Mari Rodríguez Ichaso ha sido colaboradora de la revista Vanidades durante varias décadas. Especialista en moda, viajes, gastronomía, arte, arquitectura y entretenimiento. Productora de cine. Columnista de estilo de CNN en Español. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivamente suyas. Lee más artículos de opinión en cnne.com/opinion
(CNN Español) — No se puede hablar de moda sin hablar del gran diseñador dominicano Óscar de la Renta.
Y no estoy refiriéndome a una moda local o solo de Nueva York, sino internacional, ya que fue uno de los grandes diseñadores de la moda en el mundo.
Óscar murió hace 10 años, el 20 de octubre de 2014, y me gustaría honrarlo recordando algunas anécdotas.
Cuando comencé mi carrera como una joven periodista en Nueva York que deseaba aprenderlo todo, Óscar, que también estaba en los comienzos de su carrera estadounidense me ayudó muchísimo. No solo fue amable, sino que me llevó a su atelier, me presentó a sus modelos, me invitó a sus desfiles (¡en primera fila!) y compartió conmigo a través de los años, infinidad de anécdotas y experiencias.
Me invitaba a almorzar en su preciosa finca de Connecticut, donde él mismo cuidaba el jardín, y a cenas y conciertos en el Carnegie Hall. Yo le tomé muchísimo cariño y él a mí. Y eso fue extraordinariamente agradable, porque a medida que se hizo famoso, nunca olvidó nuestra amistad, sino todo lo contrario.
¡Óscar era amigo de tanta gente importante y famosa! Y personas de todos los campos: de la moda, de la política, de las artes… Y casualmente —y estás anécdotas son rigurosamente ciertas— una noche, en la discoteca neoyorquina Regine’s, yo le presenté a Julio Iglesias. Yo estaba con mi exesposo y con Guillermo Cabrera Infante y su esposa —Julio estaba con nosotros— y Óscar se acercó y me dijo: “Por favor, quiero que me presentes a Julio, pues adoro su música”. Y así lo hice. Óscar se sentó con nosotros. Y aquella primera vez se convirtió luego en una amistad del alma y en un gran convenio de negocios entre ellos. Contribuyeron a desarrollar lo que hoy en día es la zona turística de Punta Cana, en República Dominicana, y fueron grandes amigos y socios de negocios.
Julio siempre me lo comentaba y yo tenía ese punto de contacto. Cuando Óscar se enfermó de cáncer en 2006, yo llamaba a Julio, quien me daba “partes” de su salud. Su muerte, ocurrida en 2014, fue una gran pérdida para el mundo de la moda y para la humanidad, porque era un gran filántropo y un hombre tan generoso como talentoso.
¿Quién era Óscar de la Renta?
El diseñador Óscar de la Renta asiste a la Gala de la Medalla de Excelencia de Carnegie Hall 2014 en honor a Óscar de la Renta en The Plaza Hotel el 24 de abril de 2014 en la ciudad de Nueva York. (Crédito: Brad Barket/Getty Images)
Óscar de la Renta nació en Santo Domingo en 1932. A los 18 años, se mudó a España para estudiar pintura en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid y allí descubrió su pasión por la moda, trabajando con el diseñador Cristóbal Balenciaga, su primer mentor.
Más tarde se trasladó a París, donde trabajó para la casa Lanvin y luego se radicó en Nueva York, donde inauguró su propia marca en 1965. ¡Y su moda gustó tanto que el resto es historia!
Su estilo era elegante, sofisticado y a la vez muy femenino. Siempre me decía que diseñaba “para embellecer a la mujer”. Sus diseños tenían siluetas definidas, telas de alta calidad, encajes, vuelos, bordados y detalles florales, reflejando la influencia de sus raíces dominicanas. Y se convirtió en uno de los diseñadores más influyentes del mundo. Vistió a primeras damas de Estados Unidos como Jacqueline Kennedy, Nancy Reagan y Laura Bush, así como a celebridades y miembros de la realeza mundial.
Su firma sigue activa bajo la dirección creativa de sus exasistentes Laura Kim y Fernando García. Su viuda, Annette de la Renta, sigue activa en la vida social y filantrópica de Nueva York.
Óscar de la Renta adoptó a Moisés en un orfanato de Santo Domingo en 1984. Fue entonces cuando me invitó y yo le hice una entrevista en la isla junto al niño. Óscar estaba feliz con su hijo. Incluso me pidió que, por favor, nunca me refiriera a él como hijo adoptivo, sino como su hijo.
Años más tarde, casado con Annette Reed, a quien Óscar admiraba profundamente, Moisés comenzó a tener una relación complicada con su padre. Sin embargo, en el homenaje que le hice en Nueva York en 2013, como ícono de estilo de la revista Vanidades trajo a Moisés (ya un hombre joven muy simpático) como su acompañante.
Tras el fallecimiento de su padre, Moisés ha mantenido un perfil muy bajo. La herencia de Óscar fue manejada por Annette de la Renta, quien ha continuado el legado del diseñador. Y poco se ha sabido de la vida de Moisés. Al menos yo nunca he vuelto a saber de él.
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