Tres en uno: el revolucionario plan de Fortaleza que promueve el reciclaje, la movilidad eléctrica y la inclusión

“Re-Ciclo” es el nombre con el que la ciudad de Fortaleza, en el norte de Brasil, bautizó su innovador programa para la gestión de residuos secos reciclables. Lo que hacen, no obstante, va mucho más allá de reciclar: han logrado la inclusión social de recolectores hasta ahora informales y la promoción de la movilidad eléctrica mientras mejoran el aprovechamiento de materiales como el plástico, el metal y el cartón.

La génesis de “Re-Ciclo” se remonta al año 2019. La ciudad lo lanzó como un plan piloto y desde entonces ha echado raíces: hoy trabajan 52 recolectores en la iniciativa, en la que están suscritos más de 1.600 usuarios, según los datos brindados desde el proyecto a CNN en Español.

La iniciativa funciona de manera muy práctica para los vecinos de los 40 barrios a los que llega “Re-Ciclo”. Quienes quieren que se recicle el plástico, papel, cartón, metal y vidrio que utilizan, entre otros materiales, se dan de alta online y coordinan cuándo y cada cuánto quieren que los clasificadores pasen a recolectar esos residuos de sus hogares.

Los clasificadores hacen la recolección puerta a puerta utilizando triciclos eléctricos y llevan los residuos a los 11 ecopuntos con los que cuenta la ciudad. Allí se hace una separación de los residuos por tipo, se agrupan y se envían a galpones desde donde eventualmente se venden para que continúen el camino hacia el reciclaje.

Los recolectores, que en muchos casos antes hacían la tarea en carros tirados por ellos mismos, cuentan ahora con triciclos eléctricos que andan por la extensa red de ciclovías de esta ciudad de la costa del Atlántico.

Además de la recolección puerta a puerta, también brindan el servicio en grandes eventos y a establecimientos como escuelas.

Fortaleza, ciudad con poco más de 2,5 millones de habitantes, enfrenta un reto en la gestión de los residuos sólidos como muchas otras ciudades de Brasil y de América Latina: según datos del proyecto, solo el 6% de los residuos se reciclan (una cifra que, no obstante, está por encima de la media nacional del 4%).

El proyecto ha logrado la recolección de poco más de 1.100 toneladas de residuos secos reciclables hasta ahora, de acuerdo con los datos facilitados por “Re-Ciclo”. Sin embargo, sus resultados deben analizarse más allá de los residuos. “Re-Ciclo” ha sido clave para la mejora de las condiciones de trabajo y vida de los clasificadores, que pasaron de hacer una recolección informal sin un sueldo fijo a una tarea por la que reciben un salario, para la que fueron capacitados y para la que ahora cuentan con las herramientas que necesitan, desde los vehículos a uniformes.

“Por primera vez en toda la historia de Fortaleza, los recolectores son remunerados por el servicio y no solo por la venta de los materiales”, explica a CNN en Español Victor Macêdo Lacerda, coordinador del programa desde la Secretaría de Conservación y Servicios Públicos de la prefectura de Fortaleza.

Y otra mejora significativa que han detectado es en la autoestima de los trabajadores. Es un factor difícil de medir, explica Macedo, pero a través de cuestionarios han identificado mejoras en la percepción de su propio trabajo. Sienten que no son invisibles. Sienten que la población no les tiene miedo. Siente que la tarea que realizan vale.

El proyecto también ha tenido una buena recepción en la población, dice Macedo, lo que identifican por dos factores: sistemáticamente se da de alta gente nueva para participar y tienen pedidos de los barrios a los que todavía no ha llegado para que se expandan hacia esos lugares.

“Re-Ciclo” tiene un plan de expansión para llegar a todos los barrios de la ciudad y, a su vez, aumentar la cifra de recolectores involucrados a entre 200 y 250, explicó Macedo.

Además entienden que es necesario incorporar camiones a la recolección selectiva para alcanzar espacios donde la generación de residuos es demasiado alta para poder abordarla con los triciclos, por ejemplo condominios de viviendas.

También están creando una plataforma de créditos de reciclaje, que funcionaría como los créditos de carbono. “La legislación federal de Brasil creó la posibilidad de que las asociaciones (de recicladores) vendan créditos de reciclaje a la industria para compensar lo que no reciclan, de la misma forma en que funciona con (los créditos de) carbono”, explica Macedo.

(En lo que respecta a la emisión de gases contaminantes, por cierto, el proyecto ha tenido también efectos medibles. Desde septiembre de 2022 a 2024, según “Re-Ciclo”, han evitado las emisiones de más de 485.000 toneladas de equivalente de carbono al evitar que los reciclables terminen en los rellenos sanitarios a donde van a parar los residuos mezclados)

En clave de futuro, uno de los mayores desafíos para el proyecto es el financiamiento, reconoce Macedo. Cuando era un plan piloto, contó con los aportes de una plataforma de delivery o entregas a domicilio popular en la ciudad, pero ahora los costos los ha asumido el gobierno local.

“Re-Ciclo” ganó el año pasado el prestigioso Ross Center Prize for Cities del Instituto de Recursos Mundiales, una organización mundial sin fines de lucro dedicada a la investigación para la sostenibilidad.

Jen Shin, del Ross Center for Sustainable Cities, explicó a CNN en Español que el proyecto destacó entre decenas de candidatos, entre otras variables, por su innovación. “¿Cuántas veces has visto un proyecto que soluciona un problema de residuos sólidos o reciclaje utilizando la movilidad eléctrica?”, se preguntó, destacando además la visión “holística” con la que aborda la realidad de Fortaleza.

También subraya la participación de los recolectores en el armado de la propuesta. “Este proyecto no habría sido posible sin los clasificadores. Los clasificadores son los que ayudaron a la agencia (que lleva adelante la iniciativa) a entender cuáles eran los problemas específicos de la gestión de residuos en Fortaleza”, dice, destacando el “efecto dominó” del proyecto que a su vez impulsó una mejora de la infraestructura para las bicis y un “orgullo entre los ciudadanos de a pie por el manejo de los residuos sólidos”.

“Ha sido un tipo de transformación social realmente sorprendente”, resume.

Múltiples ciudades de América Latina comparten los desafíos que Fortaleza decidió abordar con este proyecto, tanto en lo que respecta a los niveles bajos de reciclaje como a la informalidad y malas condiciones de trabajo de los clasificadores. Para ellas, la experiencia de Re-Ciclo tiene una enseñanza.

Shin, del World Resources Institute, considera que muchas ciudades podrían replicar un proyecto exactamente como este, formalizando a los clasificadores y dotándolos de vehículos eléctricos para que hagan su trabajo. Pero más allá del proyecto en concreto, destaca la forma en que fue diseñado. “El proyecto no nació simplemente de la magnífica idea de alguien, realmente fue un proceso de comunicación con las asociaciones de recicladores y el gobierno”, explica. En otras palabras, “Re-Ciclo” muestra que inclusión de los actores protagonistas de los problemas en lugar de la imposición de iniciativas “de arriba abajo” da resultados.

Macedo apunta en la misma dirección: debe haber involucramiento “no solo de la gente, de los ciudadanos, sino principalmente de las asociaciones, los grupos de recolectores. Ellos tienen que participar del proyecto desde el inicio para que se construya con ellos”.

Pese a las dificultades, se puede hacer. Y ese es el mensaje que comparte Macedo: “Es posible, es totalmente posible”.

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