El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, y el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, han estado en contacto directo sobre la detención de Kilmar Ábrego García, a quien Estados Unidos deportó por error a la infame megaprisión salvadoreña, según múltiples fuentes familiarizadas con las conversaciones.
Un funcionario estadounidense dijo a CNN que la administración de Trump trabaja estrechamente con El Salvador y solicitó el regreso de Ábrego García, pero insistió en que Bukele ha dejado claro que no lo devolverá a Estados Unidos, citando una reunión en la Oficina Oval entre Bukele y el presidente Donald Trump este mes.
La pausa secreta de siete días en el caso judicial de Ábrego García la semana pasada surgió porque una resolución diplomática se había convertido en una posibilidad, según otras fuentes familiarizadas con el asunto. Dicha pausa expira el miércoles por la tarde, según dictaminó un juez federal.
Sin embargo, se desconoce cuál era el objetivo de las conversaciones, debido a que varios funcionarios señalaron a CNN que la administración de Trump no busca devolver a Ábrego García a Estados Unidos ni otorgarle un debido proceso adicional en ninguno de los dos países.
Rubio, afirmó que “nunca revelará” si ha estado en contacto con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, para el regreso de Kilmar Ábrego García a Estados Unidos, ni siquiera ante un juez.
“Nunca te diría eso”, respondió Rubio a un periodista que le preguntó sobre el posible regreso de Ábrego García, un hombre de Maryland que fue deportado injustamente a El Salvador el mes pasado. El gobierno de Trump ha mantenido que Ábrego García tiene vínculos con la MS-13, algo que sus abogados han negado.
“¿Y saben a quién más nunca se lo diré? A un juez”, añadió Rubio durante una reunión de gabinete el miércoles. Añadió: “La conducción de nuestra política exterior le corresponde al presidente de Estados Unidos y al poder ejecutivo, no a un juez”. El secretario de Estado continuó afirmando que la administración Trump seguirá aplicando la política exterior de forma adecuada, pero que nunca la abordará, ni nadie nos obligará a hacerlo, porque así es como funciona la política exterior.
El presidente Donald Trump reconoció el martes que podría lograr el regreso del hombre de Maryland, pero se negó a hacerlo. Al ser preguntado sobre si creía que Bukele aceptaría una solicitud para el regreso de Ábrego García, el presidente respondió: “Realmente no lo sé”. Fue una respuesta sorprendentemente diferente a la que dio el día anterior.
Trump afirmó que no ha hablado con Bukele y que deja estas decisiones en manos de sus abogados, una respuesta en la que ha recurrido con frecuencia en las últimas semanas.
“Realmente dejo eso en manos de los abogados, y sigo el consejo de Pam y de todos los involucrados”, declaró Trump, refiriéndose a la fiscal general Pam Bondi. “Ellos conocen las leyes, y nosotros las cumplimos al pie de la letra”, añadió.
El mes pasado, el gobierno admitió ante el tribunal que Ábrego García, un migrante salvadoreño, fue deportado por un error administrativo, ignorando la decisión de un juez de 2019 que impedía que fuera devuelto a su natal El Salvador, donde su vida podría correr peligro.
Bukele declaró en una reunión reciente con Trump que a su gobierno no le “gusta mucho liberar a terroristas” detenidos en su país y prometió mantener a Ábrego García en prisión.
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