El líder interino de Siria ha calificado los días de violentos enfrentamientos entre las fuerzas progubernamentales y los partidarios del derrocado expresidente Bashar al-Assad como “desafíos esperados”, mientras que un monitor informó que el número de muertos aumentó a 642 personas.
Testigos acusan a los partidarios del gobierno de llevar a cabo asesinatos al estilo de ejecuciones y han surgido imágenes de fosas comunes.
La Red Siria para los Derechos Humanos (SNHR, por sus siglas en inglés), con sede en el Reino Unido, dijo a CNN este domingo que “grupos armados no estatales” leales a Assad fueron responsables de la muerte de 315 personas, que incluyen a 167 miembros de las fuerzas de seguridad del estado y 148 civiles.
Las fuerzas gubernamentales y los grupos afiliados fueron responsables de la muerte de al menos 327 personas, dijo el grupo de monitoreo independiente, y agregó que este número incluye “tanto a civiles como a militantes desarmados”.
CNN no puede verificar de manera independiente las cifras de SNHR. CNN se puso en contacto con el gobierno sirio para solicitar comentarios sobre el número de muertos.
El presidente interino de Siria, Ahmad al-Sharaa, hizo un llamado a la unidad nacional este domingo mientras crecía la alarma internacional por la violencia.
Se informó que los enfrentamientos continuaron durante la noche hasta el domingo, pero CNN no pudo determinar el alcance total de los disturbios.
“Lo que está sucediendo en el país son desafíos esperados. Debemos preservar la unidad nacional y la paz civil en el país”, dijo Sharaa en una mezquita en Damasco en la que dijo que solía rezar hace dos décadas.
“Somos capaces de vivir juntos en este país, tanto como podamos”, agregó.
Los enfrentamientos en curso son el peor brote de violencia desde que Assad, miembro de la secta minoritaria alauita, fue derrocado en diciembre por militantes islamistas sunitas que buscaban remodelar el orden político y sectario del país.
Latakia y Tartous en la costa mediterránea son áreas donde el apoyo entre los alauitas sirios a Assad era fuerte. Los alauitas, que representan alrededor del 10% de la población, fueron prominentes en el régimen de Assad, y aunque muchos alauitas entregaron sus armas desde diciembre, muchos otros no lo han hecho.
El último aumento de la violencia destaca los desafíos que enfrenta el nuevo régimen de Siria para apaciguar a los grupos marginados, especialmente aquellos que permanecen fuertemente armados.
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