Grupos armados mataron a familias enteras, incluidas mujeres y niños, durante un brote de violencia sectaria en Siria la semana pasada, según afirmó el martes la oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
El derramamiento de sangre en el núcleo costero del exgobernante Bashar al-Assad se saldó con más de 800 muertos en enfrentamientos entre grupos armados leales al derrocado dictador y fuerzas leales al nuevo régimen sirio, según un monitoreo de guerra.
El portavoz de la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (Acnur, por sus siglas en inglés), Thameen Al-Kheetan, dijo que la agencia había documentado al menos 111 muertes, aunque se cree que la cifra es mucho mayor.
“Algunos sobrevivientes nos contaron que muchos hombres fueron abatidos a tiros delante de sus familias”, declaró Al-Kheetan en una rueda de prensa celebrada periódicamente en Ginebra, y añadió que muchas de las “ejecuciones sumarias” tuvieron como objetivo a miembros de la minoría alauita.
La familia Assad, que gobernó Siria durante más de medio siglo, es miembro de la minoritaria secta musulmana chií, que vive predominantemente en Siria, de mayoría suní.
Al-Kheetan afirmó que los homicidios “parecen haber sido perpetrados por motivos sectarios, en las provincias de Tartus, Latakia y Hama, al parecer por individuos armados no identificados, miembros de grupos armados que presuntamente apoyan a las fuerzas de seguridad de las autoridades interinas”.
“En una serie de casos extremadamente inquietantes, familias enteras -incluidas mujeres, niños y personas fuera de combate- fueron asesinadas, y las ciudades y aldeas predominantemente alauitas fueron especialmente atacadas”, afirmó.
La Red Siria para los Derechos Humanos (SNHR, por sus siglas en inglés), con sede en el Reino Unido, afirmó el martes que, entre los 803 muertos, “grupos armados no estatales” leales a Assad fueron responsables de la muerte de 383 personas, entre ellas 172 miembros de las fuerzas de seguridad del Estado y 211 civiles.
Mientras tanto, testimonios de testigos presenciales y videos verificados por CNN mostraban a leales al Gobierno llevando a cabo ejecuciones sobre el terreno, y algunos hablaban de “purificar” el país.
El profesor Ahmed Ali Al Mousa murió luego de que hombres armados acudieron a su casa en la ciudad costera de Baniyas el pasado jueves y le preguntaron si era suní o alauí, según declaró a CNN un familiar que escapó de la violencia.
“Por Dios que beberé tu sangre”, dijo uno de los hombres, según el familiar, que CNN no nombra para proteger su seguridad.
Los hombres secuestraron a Mousa y lo encontraron cinco horas después tendido en la calle con heridas de bala en el pecho y el abdomen, según el familiar. Mousa murió en el hospital al día siguiente.
El mismo día, la cuñada de Mousa, Itithad Mohammed Kamal Saud, y su sobrino de 15 años, Mudar Safwan Mousa, murieron cuando otro grupo armado entró en su apartamento y les disparó a ambos en la cabeza sin previo aviso, dijeron familiares a CNN.
Una mujer de Latakia, que deseaba permanecer en el anonimato por temor a represalias, contó a CNN que militantes que profirieron insultos sectarios irrumpieron en su casa. Mataron a su marido y a todos los hombres de su aldea y no permitieron a las familias enterrarlos ni sacar los cadáveres de la calle, explicó.
A lo largo del Gobierno de Assad, la secta alauita se fue vinculando cada vez más, a ojos de sus opositores, a las atrocidades cometidas por su régimen durante la guerra civil siria.
El presidente provisional de Siria, Ahmad al-Sharaa, que en su día dirigió el grupo vinculado a al Qaeda que derrocó a Assad a finales del año pasado, había prometido anteriormente igualdad política y representación a las distintas sectas de las diversas poblaciones étnicas y religiosas de Siria.
Las autoridades provisionales anunciaron el fin de las operaciones de seguridad en las zonas costeras el 10 de marzo, pero se siguen registrando enfrentamientos intermitentes.
Sharaa ha culpado de la violencia a los restos de las fuerzas de Assad, afirmando que intentaban incitar a la lucha sectaria.
El domingo, Sharaa afirmó que su Gobierno exigiría responsabilidades a cualquiera que estuviera implicado en la muerte de civiles durante los intensos combates. Sharaa había descrito previamente la violencia como “desafíos esperados”.
El Gobierno interino de Siria prometió formar una comisión independiente para investigar la violencia y presentar un informe a la presidencia en un plazo de 30 días.
Nadeen Ebrahim, de CNN, ha contribuido a la información.
The-CNN-Wire
™ & © 2025 Cable News Network, Inc., a Warner Bros. Discovery Company. All rights reserved.