Donald Trump llevó a cabo su campaña presidencial prometiendo abolir agencias y departamentos federales enteros, pero no es tan fácil para un presidente simplemente acabar con una organización que fue creada y financiada cada año por el Congreso, que se supone que es el homólogo del presidente.
Así que el presidente y sus aliados, liderados por Elon Musk, han encontrado una forma diferente de lograr muchos de los mismos objetivos: poner en coma a las agencias que los republicanos llevan mucho tiempo atacando, dejando de lado a su personal, deteniendo sus operaciones y lanzando una revisión de su actividad. Luego, tal vez, pedir al Congreso que las elimine por completo.
La lista de agencias gubernamentales con soporte vital o que son blanco de ataques directos después de dos semanas de Trump 2.0 se parece a esto:
Oficina para la Protección Financiera del Consumidor (CFPB)
La CFPB fue creada por el Congreso tras la Gran Recesión para proteger a los consumidores de los abusos financieros, y la agencia lleva mucho tiempo provocando la ira de los republicanos. Todo su trabajo se ha paralizado y el director, Rohit Chopra, fue despedido el pasado fin de semana, antes de que finalizara su mandato de cinco años.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, director interino de la agencia, ordenó una revisión de la política de la agencia para garantizar la “coherencia” con la nueva administración.
Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID)
Creada por John F. Kennedy y el Congreso para ayudar al mundo en desarrollo y defender los intereses de los Estados Unidos en 1961, los empleados de USAID en 2025 han sido bloqueados en la sede y el sitio web ha sido cerrado. El personal de la agencia en todo el mundo será puesto en licencia administrativa el viernes y se le ordenará regresar a los Estados Unidos, según una directiva emitida el martes por la noche.
La congelación de la mayor parte de la ayuda exterior mientras la administración Trump revisa la agencia ha causado un efecto dominó en todo el mundo entre las organizaciones sin fines de lucro y de ayuda, y ha despertado el temor de que Estados Unidos esté retirándose por completo de su posición de liderazgo en el desarrollo internacional. Musk calificó a la agencia de “malvada” y Trump dijo que está dirigida por la “izquierda radical”.
El secretario de Estado Marco Rubio, director en funciones de USAID, dijo a los legisladores en una carta que “comenzaría el proceso de revisión y posible reorganización de las actividades de USAID para maximizar la eficiencia y alinear las operaciones con el interés nacional”.
Musk utilizó un lenguaje más colorido en una publicación en las redes sociales en la que decía que había pasado el fin de semana “alimentando a USAID con madera”, una aparente referencia a la congelación de la ayuda exterior.
Departamento de Educación
El Departamento de Educación, que existe desde el siglo XIX, pero que fue elevado por el Congreso a la categoría de agencia propia en 1979, es el próximo objetivo de Trump. CNN informó que se está redactando un decreto que ordena a la nueva secretaria, Linda McMahon, que aún no ha obtenido el voto de confirmación del Senado, que comience a “disminuir” el departamento mediante una acción ejecutiva.
“Le dije a Linda: ‘Linda, espero que hagas un gran trabajo para quedarte sin trabajo’. Quiero que se quede sin trabajo: el Departamento de Educación”, dijo Trump a los periodistas el martes.
Un Congreso dividido por un estrecho margen probablemente no consienta la abolición del departamento. Pero McMahon, que dirigió la Administración de Pequeñas Empresas durante el primer mandato de Trump y amasó su fortuna como fundadora de la WWE, bien podría lograr “disminuir” gravemente sus funciones, y su propia fuente de empleo.
CNN informó el martes que el Gobierno de Trump podría estar planeando despedir a un gran número de trabajadores federales de todo el gobierno federal que no acepten una oferta de “baja indemnizada”, dudosa desde el punto de vista legal, para el jueves, como parte de una posible “reducción de la fuerza de trabajo”.
Los temores a esos posibles despidos, junto con la amenaza de trasladar las agencias a diferentes lugares y la exigencia de trabajar en la oficina cinco días a la semana, independientemente de los convenios colectivos, también están siendo utilizados por la administración para presionar a los trabajadores federales para que acepten la oferta de indemnización.
Mientras tanto, los trabajadores que desempeñan determinadas funciones, especialmente las relacionadas con iniciativas de diversidad, han sido puestos en licencia administrativa o fueron apartados de sus cargos.
Estos despidos a gran escala no serían necesariamente un precursor del fin de la labor de una agencia. Seguirá habiendo necesidad de una Oficina de Patentes y Marcas, un Departamento de Transporte y un Departamento de Seguridad Nacional, entre muchos otros. Los despidos y las reasignaciones parecen susceptibles de transformar el Departamento de Justicia y el FBI, pero esas agencias seguirán existiendo.
Los trabajadores de USAID que intentaron bloquear el acceso de Musk a un sistema de pago fueron puestos en licencia administrativa y otros han renunciado. Musk se ha quejado en particular de que USAID financie iniciativas de diversidad en el extranjero.
Pero tras la protesta de la comunidad de desarrollo internacional, se modificó la congelación de los fondos extranjeros para permitir exenciones para el dinero que ayuda a salvar vidas, como el exitoso programa contra el sida que distribuye medicamentos en África. Pero los benefactores de la ayuda han informado de que tienen problemas para conseguir las exenciones.
Rubio, compareciendo ante los periodistas en Costa Rica, dijo que si una agencia no puede resolver las exenciones, cuestiona su competencia y se pregunta si la están “saboteando con el propósito de marcar una postura política”.
Parece que ha quedado claro que Trump no puede, con un simple trazo de su rotulador Sharpie, acabar con una agencia gubernamental.
Pero eso no significa que no pueda ser retorcido y reorganizado hasta convertirse en una sombra de lo que fue. Elementos de la misión de USAID podrían ser absorbidos por su Departamento de Estado, a pesar de que la agencia fue creada específicamente para estar separada de la misión diplomática estadounidense.
“USAID puede trasladar, reorganizar e integrar ciertas misiones, oficinas y despachos en el Departamento de Estado, y el resto de la Agencia puede ser abolida de conformidad con la legislación aplicable”, escribió Rubio en su carta a los legisladores.
El decreto que se está redactando para reducir el Departamento de Educación también presionaría al Congreso para que apruebe una legislación que ponga fin al departamento, que distribuye principalmente fondos federales a los estados.
Trump dijo a los periodistas el martes que quiere que los estados tengan más poder sobre sus sistemas educativos porque, en su opinión, las escuelas estadounidenses están fallando.
“Gastamos más por alumno que cualquier otro país del mundo, y estamos en la parte inferior de la lista”, dijo Trump, y añadió que quiere “dejar que los estados dirijan las escuelas”
Irónicamente, Trump firmó un decreto en enero que quitaría a los estados parte del poder sobre la educación y ejercería más control sobre lo que enseñan las escuelas, amenazando con retirar los fondos federales a las escuelas que enseñen lo que él considera “teoría crítica de la raza” u otros temas basados en la raza o la sexualidad.
En mayo, la Corte Suprema dictaminó que la CFPB podía seguir existiendo, respaldando una estructura de financiación única que financia la organización a través de las ganancias del sistema de la Reserva Federal, y permitiendo años de normas destinadas a proteger a los consumidores.
El informe de CNN señala que la CFPB fue financiada a través de la Reserva Federal “para salvaguardar la independencia de la oficina de los caprichos de cualquier partido que controle el Congreso”.
Pero la decisión de Trump de detener por completo la aplicación de las normas de la CFPB pone en peligro sus esfuerzos por limitar las comisiones por descubierto y los recargos por retraso en el pago de las tarjetas de crédito, eliminar las deudas médicas de los informes de crédito y mucho más.
El conservador juez de la Corte Suprema Samuel Alito no estuvo de acuerdo con la decisión del tribunal sobre el mecanismo de financiación de la CFPB, argumentando que la cláusula de apropiaciones de la Constitución debería exigir al Congreso que financie a las agencias.
La opinión de Alito se pondrá a prueba ahora, cuando los casos judiciales que se espera que impugnen las medidas de Trump se abran camino en el sistema legal. Ya se han presentado numerosas demandas en oposición a las primeras medidas de Trump y seguirán otras en relación con estos esfuerzos por reducir las agencias.
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