Cómo las políticas de Trump podrían revertir décadas de progreso en la respuesta al VIH en América Latina

Hace casi 30 años, Rosember López recibió un diagnóstico que le cambió la vida: era VIH positivo.

Con escasos recursos gubernamentales para el apoyo al VIH en ese momento en México, López se unió a grupos de apoyo para asegurar la financiación que necesitaba para la medicación que lo ayudaría a sobrevivir.

“En los primeros años después de mi diagnóstico, fue muy difícil para mí”, dijo a CNN.
“Tuvimos que luchar por el acceso a los medicamentos”, agregó sobre sí mismo y otras personas con la enfermedad.

La experiencia lo inspiró a comenzar su propia organización en Tapachula, en el sur de México, para ayudar a desestigmatizar el VIH con la ayuda de fondos de Estados Unidos.

Hoy, el suyo es uno de las docenas de grupos de ayuda en América Latina que están en peligro debido a la congelación del Gobierno de Trump de casi toda la ayuda internacional y el desmantelamiento de la red de desarrollo global de Estados Unidos.

El Plan de Emergencia del presidente para el Alivio del SIDA (PEPFAR, por sus siglas en inglés), un programa que data del gobierno de George W. Bush que ha disfrutado de apoyo bipartidista, fue uno de los afectados por las acciones del presidente estadounidense Donald Trump. Los grupos de ayuda han advertido que detener programas como PEPFAR podría representar un riesgo para las vidas de millones de personas que tendrán que dejar su tratamiento contra el VIH, lo que podría abrir la puerta a un resurgimiento del VIH.

Organizaciones como la de López ayudan a las personas con la enfermedad a acceder a los medicamentos antirretrovirales necesarios para reducir el riesgo de transmisión y darles la oportunidad de una vida larga y saludable.

Después de enterarse de la congelación de la ayuda a fines de enero, López comenzó a preocuparse no solo por el futuro de su organización, A Helping Hand in the Fight Against AIDS (UMALCS), sino también por las muertes que podrían resultar de la falta de atención para el VIH.

“Me hizo recordar los tiempos en que no había apoyo y me dije: ‘Bueno, ¿qué va a pasar ahora si ya no vamos a tener el apoyo de los tratamientos antirretrovirales?’”, dijo.

PEPFAR ha sido un salvavidas para quienes viven con VIH y SIDA, salvando a decenas de millones de personas en todo el mundo desde su inicio, dicen los defensores.

Pero la congelación de Trump de la ayuda exterior incluyó una orden de suspensión de trabajo para que todos los grupos de ayuda detuvieran de inmediato los programas financiados por Estados Unidos. A pesar de que el Departamento de Estado emitió posteriormente una exención para la asistencia “para salvar vidas”, algunos grupos de ayuda dicen que la financiación sigue detenida.

Contactar a los funcionarios de USAID que otorgan la aprobación para que el trabajo continúe también ha sido cada vez más difícil a medida que los cambios impactan a la agencia, dijo a CNN una fuente de un contratista estadounidense.

CNN habló con organizaciones de ayuda y trabajadores de la salud en América Latina que dicen que después de la orden de suspensión de trabajo, no pudieron distribuir medicamentos vitales que ya estaban en los estantes de las farmacias, incluido el medicamento para la prevención del VIH PrEP.

Una interrupción en los tratamientos podría permitir que el VIH rebote en menos de un mes, en algunos casos, y podría conducir al surgimiento de cepas más resistentes, dijo a CNN el Dr. Craig Spencer, médico de medicina de emergencia y profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Brown. “Nos estamos disparando en la cara”, dijo.

Sin un tratamiento consistente, Spencer advirtió que en un lapso de semanas o meses, “vamos a tener personas que tenían su VIH bien controlado, que estarán descontroladas. Habrá personas que no podrían haber transmitido el virus y que podrán transmitirlo ahora”.

Si no se reautoriza el PEPFAR para los próximos cuatro años, y sin otros recursos para la respuesta al VIH, habrá 6,3 millones de muertes relacionadas con el SIDA en el futuro cercano, un aumento del 400%, dijo Christine Stegling, directora ejecutiva adjunta de la agencia de las Naciones Unidas encargada de abordar el VIH y el SIDA, ONUSIDA.

“Es como un aterrizaje forzoso de un avión”, dijo a CNN Asia Russell, directora ejecutiva de Health GAP, una organización mundial de defensa del tratamiento del VIH, sobre la orden de suspensión de labores. “El caos ya ha sido extremo en el campo y la recuperación de esa interrupción no es fácil”.

La falta de financiación estadounidense ya está afectando a las organizaciones en Colombia.

Algunas organizaciones, como Red Somos, que brinda atención para el VIH a inmigrantes venezolanos, se han visto obligadas a reducir drásticamente sus operaciones.

David Márquez, coordinador de protección social del grupo, dijo a CNN que alrededor de 300 inmigrantes venezolanos con VIH no pueden continuar su tratamiento porque se ejecuta con el apoyo de PEPFAR.

“Esto podría ser peligroso para su vida”, comentó Márquez, y agregó que la organización está buscando otras fuentes de financiamiento.

Sin permiso explícito de EE.UU. para reanudar el trabajo, Red Somos tiene más de 170 medicamentos antirretrovirales que están cerca de su fecha de vencimiento. El grupo también tuvo que suspender sus servicios educativos, de protección social y de salud mental desde enero.

Miguel López, a quien le diagnosticaron VIH hace 10 años, fundó Más Que Tres Letras para normalizar el discurso público en Colombia sobre el VIH y dónde buscar ayuda.

Aunque el grupo de López depende de otros donantes, aún prevé consecuencias de la reciente medida estadounidense. A López y su equipo les preocupa que no haya suficiente dinero para todos, debido a que las organizaciones que alguna vez dependieron de la financiación estadounidense ahora están luchando por encontrar otros donantes.

“No habrá suficiente dinero para todos”, dijo López.

En Haití, el Dr. Alain Casseus y sus colegas de la organización de atención médica Zanmi Lasante se han visto gravemente afectados por la congelación de la ayuda.

Miles de haitianos dependen de ellos para la atención del VIH, pero “básicamente tenemos que reducir nuestras actividades”, dijo a CNN.

Un trabajador de USAID en Haití, que no fue puesto en licencia, dijo a CNN que la exención del Departamento de Estado no cubre algunos aspectos importantes de la atención del VIH, como el apoyo psicológico y económico para las familias afectadas.

Algunos servicios aprobados no pueden reanudarse de inmediato para los grupos de ayuda que ya han reducido el personal y están operando a capacidad reducida.

Hay partes de Haití que dependen casi exclusivamente de la financiación estadounidense para sus necesidades de atención sanitaria, dijo el empleado de USAID. “Si no existieran estas instalaciones sanitarias, la gente no recibiría medicamentos, ni atención sanitaria, nada”.

Sin financiación, los grupos de ayuda de América Latina solicitan ayuda a la comunidad internacional. “Ya sentimos el impacto, debido a que algunas organizaciones estadounidenses que financiaron nuestro trabajo en México están cerrando en este momento”, dijo López, de México, a CNN.

“Necesitamos urgentemente apoyo internacional para sostener nuestro trabajo”.

The-CNN-Wire
™ & © 2025 Cable News Network, Inc., a Warner Bros. Discovery Company. All rights reserved.

Federal News Network Logo
Log in to your WTOP account for notifications and alerts customized for you.

Sign up