El presidente Donald Trump y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu se dirigieron a los periodistas en la Casa Blanca este martes en una conferencia durante la cual el mandatario expuso su plan para que Estados Unidos “se apodere” de Gaza, reubique a los palestinos en países vecinos y reconstruya el enclave devastado por la guerra en lo que describió como la “Riviera de Medio Oriente”.
Los impactantes comentarios de Trump rompen con décadas de la política exterior estadounidense, que durante mucho tiempo hizo hincapié en una solución de dos Estados para Israel y Palestina, así como con la cautela anterior del presidente sobre la intervención estadounidense en Medio Oriente.
Esto es lo que sabemos de la visión de Trump sobre Gaza -donde viven unos dos millones de palestinos-, incluida hasta qué punto es factible tal propuesta.
“EE.UU. se hará cargo de Gaza y también haremos un trabajo con ella”, dijo Trump, al revelar lo que denominó su plan de “propiedad a largo plazo” y reurbanización del enclave, gran parte del cual ha quedado reducido a escombros tras 15 meses de guerra entre Israel y Hamas.
Los ataques aéreos israelíes dañaron o destruyeron alrededor del 60% de los edificios, incluidas escuelas y hospitales, y alrededor del 92% de las viviendas, según Naciones Unidas.
“Nos haremos cargo y seremos responsables de desmantelar todas las peligrosas bombas sin explotar y otras armas que hay en el lugar, nivelar el sitio y deshacernos de los edificios destruidos”, dijo Trump este martes.
Trump no descartó el envío de tropas estadounidenses, diciendo que “en lo que respecta a Gaza, haremos lo que sea necesario”.
No está claro cómo funcionaría exactamente la apropiación de tierras propuesta por Trump y los analistas pusieron en duda la viabilidad de su plan.
“No hay ningún mecanismo para esto. No hay precedentes para esto”, dijo este martes a John Berman de CNN, la exsubdirectora nacional de inteligencia Beth Sanner, quien sirvió bajo las administraciones de Trump y Biden.
La mayoría de los dos millones de personas que viven en Gaza no querrán irse, dijo Sanner, lo que plantea la cuestión de si podrían ser expulsados por la fuerza, lo que está prohibido por el derecho internacional.
“Eso significa que alguien, tal vez Estados Unidos”, tendría que intervenir, porque “ningún Ejército árabe va a expulsar a la gente de su patria contra su voluntad”, dijo Sanner.
El plan de Trump va en contra de las aspiraciones de los palestinos, que desde hace tiempo abogan por un Estado y rechazaron rotundamente la propuesta de reubicación de Trump cuando la presentó por primera vez hace dos semanas.
Ya hay unos 5,9 millones de refugiados palestinos en todo el mundo, la mayoría descendientes de personas que huyeron con la creación de Israel en 1948. La mitad de la población de Gaza ya eran refugiados. Aproximadamente el 90% de los residentes de Gaza fueron desplazados en la última guerra,y muchos se han visto obligados a mudarse repetidamente, algunos más de 10 veces, según la ONU.
Trump rechazó la idea de que los palestinos desplazados quisieran volver a Gaza, describiéndola como un “símbolo de muerte y destrucción”.
“¿Por qué querrían volver? El lugar fue un infierno”, dijo Trump, haciendo caso omiso de un reportero que puso el grito en el cielo: “Porque es su hogar”.
En lugar de Gaza, Trump sugirió que se proporcione a los palestinos un “buen, fresco y hermoso pedazo de tierra” para vivir.
Decenas de miles de palestinos caminaron durante horas para regresar a sus hogares bombardeados en Gaza tras la entrada en vigor de un alto el fuego a finales de enero.
“Llevamos mucho tiempo esperando este día”, declaró entonces a la CNN Nadia Qassem, del campo de refugiados de Al-Shati. “Queremos volver a casa… Aunque mi casa esté destruida. Echo de menos mi tierra y mi lugar”.
Un funcionario de Hamas calificó el plan de Trump como una “receta para crear el caos”.
“Nuestro pueblo en Gaza no permitirá que se aprueben estos planes, y lo que se requiere es poner fin a la ocupación y la agresión contra nuestro pueblo, no expulsarlo de su tierra”, dijo el portavoz Sami Abu Zuhri a última hora del martes, hora local.
Cuando se le preguntó si apoya la reivindicación israelí sobre la Ribera Occidental ocupada, donde viven más de tres millones de palestinos y codiciada por los ultraderechistas de Israel, Trump dijo que “aún no hemos tomado una posición al respecto”, pero afirmó que pronto habrá un anuncio.
Un cambio no sería algo sin precedentes. Durante su primer mandato, Trump rompió con décadas de política exterior estadounidense al reconocer la soberanía israelí sobre los Altos del Golán ocupados. También reconoció a Jerusalén como capital de Israel y trasladó allí la Embajada de Estados Unidos.
El conflicto palestino-israelí fue uno de los problemas más insolubles de Medio Oriente. Pero Trump lo ha presentado como una oportunidad de negocio.
El “potencial de Gaza es increíble” y podría convertirse en la “Riviera de Medio Oriente”, afirmó el inversor inmobiliario reconvertido en presidente.
“Tenemos la oportunidad de hacer algo que podría ser fenomenal. Y no quiero hacerme el gracioso, no quiero hacerme el listo, pero la Riviera de Medio Oriente, esto podría ser algo tan… podría ser tan magnífico”, dijo Trump a los periodistas.
A la pregunta de quién se imagina viviendo en Gaza, Trump respondió: “Me imagino a la gente del mundo viviendo allí. La gente del mundo. Creo que lo convertirán en un lugar internacional, increíble”, y planteó que algunos palestinos podrían vivir allí algún día.
El presidente también dijo que planea visitar Gaza pronto.
El mes pasado, Trump elogió a Gaza por tener una “ubicación fenomenal, frente al mar” y “el mejor clima”, haciéndose eco de los comentarios hechos en 2024 por su yerno Jared Kushner, quien calificó la propiedad frente al mar en Gaza como “muy valiosa”.
El enviado especial de Trump a Medio Oriente, Steve Witkoff, también es promotor inmobiliario. Witkoff viajó a Gaza la semana pasada, convirtiéndose en el primer funcionario estadounidense de alto rango conocido que visita la franja en años.
La extrema derecha israelí apoya desde hace tiempo la idea de expulsar a los palestinos de Gaza y Ribera Occidental y los legisladores acogieron con satisfacción los comentarios de Trump sobre la toma del enclave.
El líder del partido Poder Judío, Itamar Ben Gvir, que dimitió como ministro de Seguridad Nacional el mes pasado en protesta por el alto el fuego en Gaza y el acuerdo de liberación de rehenes, instó a Netanyahu a adoptar el plan de Trump en una declaración en X este miércoles.
“Ahora está claro: esta es la única solución al problema de Gaza, esta es la estrategia para el ‘día después’”, dijo.
Aunque el Gobierno israelí rechazó previamente las afirmaciones de que planea obligar a los palestinos a salir de Gaza, Netanyahu expresó su apoyo a la visión de Trump.
Al señalar que el objetivo de guerra de Israel es asegurarse que Gaza no suponga una amenaza, Netanyahu dijo: “El presidente Trump lo está llevando a un nivel mucho más alto. Él ve un futuro diferente para ese pedazo de tierra que fue el foco de tanto terrorismo”.
El líder israelí dijo que la idea de Trump podría “cambiar la historia” y que “realmente vale la pena seguir esta vía”.
Trump dijo a los periodistas que “todos con los que habló le encanta la idea de que Estados Unidos sea dueño de ese pedazo de tierra” y que esperaba que Jordania y Egipto acogieran a los palestinos expulsados a la fuerza.
Pero los países árabes rechazan desde hace tiempo cualquier desplazamiento forzoso de palestinos de Gaza, lo que, según los críticos, equivaldría a una limpieza étnica.
En una declaración este miércoles tras la conferencia de prensa de Trump y Netanyahu, Arabia Saudita afirmó su apoyo “inquebrantable” a un Estado palestino y exigió el fin de la ocupación israelí.
“Alcanzar una paz duradera y justa es imposible sin que el pueblo palestino obtenga sus derechos legítimos de acuerdo con las resoluciones internacionales, como se ha aclarado previamente tanto a la anterior como a la actual administración estadounidense”, dijo el Ministerio de Exteriores saudí en un comunicado en las redes sociales.
Arabia Saudita, Jordania, Egipto y otros aliados árabes emitieron la semana pasada una declaración en la que reafirmaban su deseo de larga data de una solución de dos Estados y prometían su “pleno apoyo continuo a la firmeza del pueblo palestino en su tierra”.
Las declaraciones de Trump suscitaron críticas y escepticismo entre los legisladores, incluidos algunos republicanos.
El senador republicano por Carolina del Sur Lindsey Graham la calificó de “propuesta interesante” pero también “problemática”.
“Veremos qué dicen nuestros amigos árabes al respecto. Creo que a la mayoría de los habitantes de Carolina del Sur probablemente no les entusiasmaría la idea de enviar a estadounidenses a tomar el control de Gaza. Creo que podría ser problemático. Pero mantendré la mente abierta”, dijo.
El senador republicano por Carolina del Norte Thom Tillis dijo que “probablemente haya un par de enredos con eso, pero tendré que echar un vistazo a la declaración”.
La senadora por New Hampshire, Jeanne Shaheen, la principal demócrata en la comisión de Relaciones Exteriores, dijo que la idea “no reconoce la necesidad de tener un Estado palestino y hasta que no abordemos las preocupaciones de los palestinos, seguirá habiendo conflicto en la región”.
El senador Chris Coons, otro miembro demócrata clave de la comisión dijo que el plan de Trump es “entre ofensivo y demente y peligroso y tonto”.
Kevin Liptak de CNN, Lucas Lillieholm, Irene Nasser, Kaitlan Collins, Zeena Saifi, Hira Humayun, Kit Maher, Jessie Yeung, Ted Barrett y Morgan Rimmer contribuyeron con informes.
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