La resistencia puede estar agitándose.
La motosierra de Elon Musk no solo está cortando la burocracia, sino que está generando las primeras señales de advertencia de que podría llegar a afectar profundamente a la posición política del presidente Donald Trump y sus aliados del movimiento MAGA.
Los riesgos políticos aumentan para los republicanos a medida que se acumulan las derrotas judiciales para la administración y se fomenta la confusión por las instrucciones contradictorias del jefe de SpaceX convertido en recortador de costos del Gobierno y el resto de la administración.
Trump a menudo prospera en el caos que él mismo fomenta, y el rumbo errático que Musk está trazando a través del servicio civil es una respuesta directa a la furia que muchos votantes expresaron en las elecciones del año pasado. Para algunos en la base de Trump que abrazan su retórica antiélite, someter a los trabajadores federales al miedo y al sufrimiento puede ser un fin político en sí mismo. Mientras tanto, entre los conservadores en general, reducir el Gobierno es una idea eternamente popular.
Así pues, la embestida de Musk puede seguir siendo ganadora, al menos por ahora.
Pero la reacción de algunos de los secretarios del gabinete más fieles al lema “Make America Great Again” que generó el correo electrónico que Musk envió a los trabajadores federales preguntando “¿qué hiciste la semana pasada?” apunta a otra posibilidad: la preocupación de que la confusión y los ataques morales al personal puedan dificultar la promulgación de la agenda de Trump.
Dos decenas de impugnaciones judiciales y en aumento sobre la constitucionalidad de las drásticas purgas de personal y recortes de costos de la administración podrían ser igualmente desalentadoras para los objetivos del presidente. También lo podrían ser varios casos que buscan determinar si Musk está actuando dentro de la legalidad al asumir más poder que cualquier otro ciudadano privado en la historia moderna.
Mientras tanto, algunos congresistas del Partido Republicano están empezando a experimentar una reacción violenta ante el frenesí de Musk, incluso en reuniones ruidosas en ayuntamientos que se han hecho virales. Aunque no está claro si esto representa las primeras raíces de un levantamiento político, o simplemente una astuta organización progresista, es un recordatorio de que el Gobierno federal no se limita a Washington, sino que también es un enorme empleador en los estados rojos.
Y si bien el salvaje teatro antigubernamental de Musk encaja con la aplicación conmocionante del poder bruto de Trump desde su regreso a la Casa Blanca, algunos legisladores se preguntan si la gran velocidad de sus acciones podría ser políticamente contraproducente.
“Las cosas están sucediendo tan rápida y furiosamente”, dijo la representante Nicole Malliotakis a Manu Raju de CNN este martes. “Tenemos que dar un paso atrás y asegurarnos de que estamos haciendo las cosas de una manera que estamos erradicando el despilfarro, el fraude y el abuso y la mala gestión, haciendo que los programas sean eficientes, pero no dando lugar a consecuencias no deseadas”, dijo la republicana de Nueva York.
Algunas encuestas recientes han mostrado una desaprobación pública mayoritaria de la Blitzkrieg (guerra relámpago) de Musk a través del Gobierno federal y la preocupación por su potencial extralimitación. En una encuesta de CNN/SSRS de la semana pasada, el 51% dijo que Trump había ido demasiado lejos en el recorte de programas federales y el 53% pensó que era malo que Musk fuera tan prominente.
Si las actitudes hacia Musk se endurecen, podrían cristalizar en una oposición más amplia a lo que muchos críticos ven como un intento sin precedentes e inconstitucional de destruir el Estado de derecho y el Gobierno federal. Esto ahondaría la intriga sobre la amistad entre el hombre más rico del mundo y el hombre más poderoso. Su capacidad para preservar su relación en situaciones de tensión también podría arrojar luz sobre una de las principales incógnitas del segundo mandato del presidente: si sus planes para la reorganización más profunda del Gobierno y la sociedad estadounidenses en décadas lo convierten en alguien poco popular, ¿seguirá adelante o bajará un escalón?
Hasta el momento, Trump no ha dado muestras de desentenderse de Musk ni de haber causado una tormenta política. “Me pareció genial”, dijo el presidente el lunes sobre la exigencia de su amigo de que los trabajadores federales respondieran a un correo electrónico justificando su productividad la semana pasada. De momento, el pionero de Tesla es la personificación de su empeño en que esta legislatura nadie ponga freno a sus acaparamientos de poder.
La Casa Blanca intentará disipar cualquier sugerencia de preocupación en el seno de la administración por el papel de Musk cuando se presente este miércoles a la primera reunión del gabinete del segundo mandato del presidente.
“El presidente y Elon y todo su gabinete están trabajando como un equipo unificado”, dijo la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
Este martes se produjo otro vertiginoso aluvión de acontecimientos en el esfuerzo a gran velocidad por desmembrar el Gobierno estadounidense y en el drama que rodea a Musk.
– Veintiún miembros del personal de tecnología del Servicio Digital de Estados Unidos, entre ellos ingenieros, diseñadores y científicos de datos cualificados, renunciaron. Los miembros del personal se quejaron de entrevistas hostiles por parte de empleados del DOGE y afirmaron que, en las extremas circunstancias actuales, no podían seguir cumpliendo su juramento de servir al pueblo y defender la Constitución. Su gesto amenaza con obstaculizar gravemente el funcionamiento del Gobierno por la pérdida de los expertos que mejor entienden su sistema operativo.
Pero Paul Barrett, director adjunto del Centro de Empresas y Derechos Humanos de la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York, dijo que el valor simbólico de las renuncias de los funcionarios públicos que entienden íntimamente los sistemas operativos del Gobierno, superaría cualquier riesgo operativo que sus salidas plantearan. “El Gobierno federal tiene una gran plantilla, un par de millones de empleados. Por tanto, la marcha de 20 personas no va a cambiar la situación de forma dramática”, dijo Barrett. “Lo importante aquí es que, al igual que algunos de sus hermanos y hermanas funcionarios que han renunciado o han estado dispuestos a ser despedidos antes que cooperar con el desmadre Musk-DOGE, estas personas están diciendo: ‘No cooperaremos. No obedeceremos. Esto no es legítimo’”.
– En otro desarrollo que probablemente exacerbe las preocupaciones sobre las aplastadas protecciones legales y de personal, se espera que la Oficina de Administración y Presupuesto, junto con la Oficina de Administración de Personal, emitan un memorando que ordenará a las agencias que se preparen para despidos a gran escala, informó Alayna Treene de CNN.
– Trump, mientras tanto, sembró una nueva confusión sobre la directiva de Musk a los empleados federales para que detallen su productividad después de que el magnate tecnológico dijera varias veces que no responder equivaldría a una renuncia. “Bueno, es algo voluntario, pero también es, si no respondes, supongo que te despiden”, dijo Trump en el Despacho Oval. “Lo que realmente es, lo que es, es… ¿existe la gente?”, añadió, subrayando la desconcertante lógica y ejecución de su plan para destripar el Gobierno.
– Una juez federal bloqueó indefinidamente la congelación de préstamos y subvenciones federales. Esa medida, adoptada en los primeros días de la administración, causó un gran revuelo en todo el país, ya que se cerraron servicios vitales, mostrando por primera vez cómo la pérdida de servicios federales podía afectar a la vida cotidiana y ser un lastre político. “Las acciones de los demandados fueron irracionales, imprudentes y precipitaron una crisis en todo el país”, dijo la jueza de distrito estadounidense Loren AliKhan.
– Otro juez federal detuvo el decreto de Trump que suspendía indefinidamente las admisiones de refugiados, mientras que un segundo ordenó a la administración pagar los fondos relacionados con la ayuda extranjera adeudados a los contratistas del Gobierno y las organizaciones sin fines de lucro antes de este miércoles después de la evisceración de Musk de USAID.
– La hostilidad hacia el Gobierno está muy arraigada en el ADN de Estados Unidos. Pero el trato cruel a miles de empleados públicos que han sido despedidos, incluidos trabajadores en periodo de prueba, a menudo sin previo aviso ni indemnización, aparentemente por capricho de Musk y sus jóvenes seguidores, ha sido cruel. Algunos de esos trabajadores pasaron este martes yendo de puerta en puerta por el Senado exigiendo que se tomen medidas. “Nuestro objetivo es empezar a poner caras y nombres a todos los trabajadores federales que se han visto afectados por las suspensiones, los despidos y los despidos inmediatos de Musk y DOGE”, dijo Elizabeth Glidden, que fue despedida como oficial de programas técnicos en la Oficina de Asistencia Humanitaria de USAID. “Ha sido terrible. He llorado todos los días”, dijo Glidden. “Paso por oleadas de llanto, rabia, frustración”.
El costo humano de los despidos, así como la preocupación entre los estadounidenses por la posible pérdida de ayuda gubernamental, está empezando a convertirse en un impulso político, informó Annie Grayer de CNN. Varios republicanos de la Cámara de Representantes suplicaron este martes a los líderes que les guiaran en la gestión de la avalancha de preguntas de los electores sobre los recientes recortes, dijeron múltiples fuentes. Los legisladores del Partido Republicano están en la cuerda floja entre los votantes de base pro-Trump y los electores perjudicados por la destrucción de Musk.
Malliotakis dijo que Trump había nombrado a “personas muy inteligentes” como secretarios del gabinete y que deberían estar facultados para hacer recortes. “Esta idea de que iban a simplemente despedir a la gente a través de Twitter, Elon Musk, eso para mí, me parece precipitado”, dijo. La legisladora neoyorquina no es ni mucho menos la republicana más amenazada en las elecciones de mitad de mandato del año que viene, por lo que su preocupación es notable.
Pero hasta ahora, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, que ya cuenta con una pequeña mayoría, se mantiene firme. “Creo que la inmensa mayoría del pueblo estadounidense comprende, aplaude y aprecia el esfuerzo del DOGE, el objetivo de reducir el tamaño y el alcance del Gobierno”, declaró el republicano de Louisiana.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, John Thune, fue más consciente de la humanidad de los trabajadores federales despedidos, al tiempo que compartió el objetivo de recortar el Gobierno: “Debe hacerse de forma respetuosa”.
Respetuoso es la antítesis del enfoque de Musk, una de las razones por las que merece la pena ver si se convierte en un lastre político para Trump.
Las revueltas suelen comenzar a partir de un pequeño montón de leña política; por ejemplo, el movimiento del Tea Party, que alcanzó una masa crítica en respuesta a las primeras políticas del presidente Barack Obama. Barrett cree que una presión política significativa sobre incluso un pequeño número de miembros del Partido Republicano en el Congreso podría frenar la purga del DOGE. Dijo: “Creo que existen todas las posibilidades del mundo de que un puñado de miembros del Congreso reúnan el coraje para enfrentarse a Trump y sufrir su ira si reciben suficientes electores en casa diciéndoles ‘Oye, te enviamos a Washington y ya hemos tenido suficiente de esto’. Esto es un caos, una locura’”.
En caso de que se produzca tal reacción, el hecho de que Musk blandiera una motosierra por encima de su cabeza en la Conferencia de Acción Política Conservadora se verá menos como un exuberante emblema de disrupción y más como un acto de arrogancia que presagiaba una caída política.
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