ANÁLISIS | Estamos en una semana crucial para la economía. Esto es lo que hay que saber

Washington (CNN) —  Los precios en Estados Unidos mejorarán, llueve, truene o relampaguee.

Ese fue el mensaje del presidente Joe Biden este martes a medida que Estados Unidos se enfrenta a una semana crucial para la economía, que de entrada se encuentra en un año turbulento.

La combinación del incremento en los precios del petróleo y la gasolina tras la invasión rusa de Ucrania, la preocupación por la inflación derivada de las continuas interrupciones de la cadena de suministro y el temor a las agresivas subidas de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal han hecho que el mercado caiga en picada.

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En pocas palabras: “Es una tormenta bastante mala”, dijo Joann Weiner, profesora de economía de la Universidad George Washington, a What Matters.

Esto es lo que hay que saber sobre la reunión de la Reserva Federal de esta semana, el martes y el miércoles, y por qué es importante.

Todas las miradas puestas en la reunión del miércoles

Para luchar contra la inflación, se espera que el banco central estadounidense aumente su tasa de interés de referencia en tres cuartos de punto porcentual, la mayor subida desde 1994.

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Esta decisión se produce después de que la Reserva Federal subiera su tasa de interés en medio punto porcentual en mayo, el mayor aumento en 22 años.

Matt Egan, de CNN, lo explica así: el hecho de que la Fed se aleje decididamente de cero muestra la confianza en la salud del mercado laboral. Pero la velocidad con la que se espera que suban las tasas de interés subraya su creciente preocupación por el creciente costo de la vida.

Los inversores esperan que la Fed eleve su rango objetivo hasta cerca del 4% a finales de año, frente al 1% actual. Para contextualizar, como señala Egan, las tasas llegaron a ser del 5,25% antes de la Gran Recesión.

¿Pero qué significa esto para los consumidores? Más información de Egan: cada vez que la Fed sube las tasas de interés, resulta más caro pedir un préstamo. Eso significa que los costos de los intereses de las hipotecas, las líneas de crédito con garantía hipotecaria, las tarjetas de crédito, la deuda estudiantil y los préstamos para automóviles son más altos. Los préstamos a las empresas también serán más caros, tanto para las grandes como para las pequeñas.

Los estadounidenses experimentarán inicialmente este cambio de política a través de los mayores costos de los préstamos: ya no es increíblemente barato pedir una hipoteca o un préstamo automotriz. Y el dinero en efectivo depositado en las cuentas bancarias finalmente ganará algo, aunque no mucho.

¿Cuál es el riesgo? Que el banco central se exceda y frene tanto la economía que provoque accidentalmente una recesión que aumente el desempleo.

¿Por qué una subida de tasas tan agresiva?

Tomando prestada una vieja frase, los tiempos drásticos exigen medidas drásticas.

Si tienes la sensación de que tu sueldo se agota más rápidamente que antes, no eres el único. Los estadounidenses de todo el país están sintiendo los efectos de la inflación… en todas partes.

El hogar típico estadounidense gasta cada mes unos US$ 460 más que el año pasado para adquirir la misma cesta de bienes y servicios,
según Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics. Y, por primera vez, un galón de gasolina normal cuesta ahora una media de US$ 5 en todo el país, según la lectura del sábado de la Asociación Estadounidense del Automóvil. (AAA, por sus siglas en inglés).

La más reciente presentación del Índice de Precios al Consumo, la medida básica de la inflación del gobierno, no ofrece consuelo en otros aspectos: los precios de los alimentos comprados para comer en casa subieron un 11,9% en los últimos 12 meses; el índice de vivienda, que mide los alquileres y otros costos relacionados, registró un aumento del 5,5%; y los precios de los vehículos usados subieron un 16,1%.

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Sin embargo, el índice de precios al productor, que mide los precios al por mayor antes de que los bienes y servicios lleguen a los consumidores, ofreció una buena noticia.

Este índice subió un 10,8% en mayo en comparación con el nivel de hace un año, según los datos publicados el martes por la Oficina de Estadísticas Laborales. Aunque sigue siendo una cifra bastante alta en comparación con los niveles históricos, es inferior a la subida revisada del 10,9% registrada en la lectura de abril.

Las políticas de la economía

La capacidad de la Reserva Federal para controlar la inflación tiene enormes consecuencias en Washington. Si las próximas elecciones intermedias se convierten en un referéndum sobre la economía, por ejemplo, los demócratas tienen un gran problema entre manos.

Basta con echar un vistazo al índice S&P 500, una de las medidas más amplias del mercado bursátil estadounidense. El índice ha perdido todas sus ganancias desde que Biden asumió la presidencia a principios del año pasado.

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El presidente y los demócratas en el Congreso, por supuesto, reconocen la amenaza que supone una economía tambaleante para sus aspiraciones a mitad de mandato, junto con el lastre que podría suponer en 2024. Y es difícil no mirar las recientes decisiones de la
Casa Blanca a través de esa lente.

Por ejemplo, Biden visitará Arabia Saudita el mes que viene, donde se espera que se relacione de algún modo con el príncipe heredero Mohammed bin Salman, algo contra lo que hizo campaña en su momento.

En declaraciones a los periodistas durante el fin de semana, el presidente insistió en que el viaje no estaba vinculado a los precios mundiales de la energía, aunque sus asesores han dicho abiertamente que la necesidad de aumentar la producción de petróleo para estabilizar los precios es un motor clave del reinicio de conversaciones con los saudíes.

La buena noticia para la Casa Blanca es que las economías no siempre son un buen indicador de las perspectivas políticas:

Las malas economías no siempre dificultan la reelección. Como escribe Paul R. La Monica de CNN: el mercado se desplomó un 16,5% en los primeros 510 días de la presidencia de Ronald Reagan, que también fue un periodo de inflación históricamente alta. Las acciones cayeron un 25% en la primera parte de la presidencia de George W. Bush, cuando el mercado estaba en medio del colapso de la burbuja dotcom y luchaba por recuperarse tras el 11 de septiembre. Pero tanto Reagan como George W. Bush acabaron siendo reelegidos.
Las buenas economías no siempre aseguran la reelección. Mientras tanto, las acciones se dispararon más de un 20% al principio de los mandatos de George H.W. Bush y Donald Trump en el Despacho Oval. Ninguno de los dos fue elegido para un segundo mandato.

“La conclusión es ésta: creo sinceramente que hemos hecho un progreso extraordinario al sentar una nueva base para nuestra economía”, sostuvo Biden el martes, “se verá una vez que la inflación global empiece a retroceder”.

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¿Y si la Fed no lo logra?

El presidente ha subrayado repetidamente la importancia de dejar que la Fed haga su trabajo de forma independiente, y ha puesto su fe en su capacidad para hacer frente a la inflación.

Pero, ¿qué pasa si la Fed hace caer la economía en una recesión?

“Desde un nivel de 30.000 pies, si lo miras desde arriba, espero que una recesión, si es que la tenemos, dure seis meses, nueve meses, algo por el estilo”, dijo Zandi a CNN esta semana. “El desempleo pasaría del 3,6% al 5,5%, 6%, algo así. No es bueno, pero ya sabes, en el gran esquema de las cosas, algo más típico, comparable a otras recesiones que hemos experimentado en el pasado”.

De hecho, un número creciente de analistas cree que la Fed actuó demasiado tarde en materia de inflación para lograr un “aterrizaje suave”. Pero ha habido raras ocasiones en las que el banco central ha logrado enfriar la economía y ha mantenido los precios bajo control sin entrar en una espiral de desaceleración: una vez en 1965, y otra en 1984 y 1994.

La buena noticia, según Weiner, es que la Reserva Federal ha mejorado a la hora de señalar sus intenciones: “Mientras la Fed haga lo que se espera, las cosas no colapsarán”.

— Chris Isidore y David Goldman de CNN contribuyeron con este reportaje.

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