Pocos en Israel buscaban un líder a la derecha de Netanyahu: Naftali Bennett está dispuesto a destronarlo de todos modos

(CNN) — En las elecciones de 2019 en Israel, el partido de derecha de Naftali Bennett no logró superar el umbral electoral y se quedó sin ningún escaño en el Parlamento de Israel.

Dos años después, Bennett está a punto de convertirse en el próximo primer ministro de Israel.

Bennett, antiguo jefe de gabinete del entonces líder de la oposición Benjamin Netanyahu, podría ahora desbancar a su antiguo jefe, poniendo fin a la carrera de Netanyahu como el primer ministro en servir más tiempo en ese cargo en Israel.

Opositores en Israel logran formar gobierno y allanan el camino para salida de Netanyahu

Bennett ha firmado un histórico acuerdo con el líder centrista Yair Lapid, quien reunió a una amplia gama de partidos políticos como parte de una coalición de cambio para desbancar a Netanyahu, incluido un partido de extrema izquierda e incluso, por primera vez en la historia de Israel, un partido árabe-israelí. Si el Parlamento israelí aprueba el acuerdo en los próximos días, Bennett ocupará la oficina de primer ministros durante los dos primeros años de un mandato de cuatro, seguido luego por Lapid.

Se sentará junto a políticos de ideología completamente opuesta a la suya.

Bennett, pieza clave en las elecciones

Bennett se sitúa a la derecha incluso de Netanyahu en varios aspectos cruciales. Llevaría consigo un historial de comentarios incendiarios sobre los palestinos y una ambición bien documentada de anexionar parte de la Ribera Occidental ocupada.

Naftali Bennett, líder del partido Yamina y posible próximo primer ministro de Israel.

Pocos israelíes votaron por el partido de Bennett, Yamina, en las elecciones de marzo, obteniendo sólo 7 escaños frente a los 30 de Netanyahu. Sin embargo, Bennett se convirtió en una pieza clave en la búsqueda de formar gobierno, cortejado tanto por Netanyahu como por Lapid, que necesitaban el apoyo de su partido para formar una mayoría.

Queda por ver cuánto de su programa podrá llevar adelante Bennett mientras esté limitado por una coalición tan extraña. Pero si el acuerdo se mantiene, el líder de Yamina, que durante tanto tiempo ha sido un actor de reparto en el escenario político israelí, podría convertirse en un personaje importante en la escena mundial.

Nacido en Haifa, hijo de inmigrantes de San Francisco, Bennett sirvió en una unidad de élite de las Fuerzas de Defensa de Israel antes de estudiar Derecho en la Universidad Hebrea. Después se convirtió en empresario, lanzando una empresa tecnológica en 1999 que posteriormente vendió por 145 millones de dólares.

Entró en la política israelí bajo el ala de Netanyahu años más tarde, aunque ambos se distanciaron después de que fuera destituido como jefe de gabinete en 2008. Bennett se dio a conocer a nivel nacional en 2013 como líder del partido pro-colonos Hogar Judío, haciendo de su deseo de impedir la formación de un Estado palestino un eje central de su discurso ante los votantes. Tras una fusión con otro partido, rebautizó a la nueva fuerza como «Yamina» en 2019.

Crítico acérrimo de la solución de los dos Estados

En los años siguientes, Bennett ocupó varios puestos en los distintos gobiernos de Netanyahu, incluido el de ministro de Defensa, al tiempo que seguía flanqueando a Netanyahu en cuestiones relacionadas con los territorios palestinos.

«Los viejos modelos de paz entre Israel y los palestinos ya no son pertinentes. Ha llegado el momento de replantear la solución de los dos Estados», escribió en un artículo de opinión de 2014 en el New York Times.

«La era de estas negociaciones ha terminado», dijo a la CNN ese mismo año. «El enfoque que hemos estado intentando durante veinte años ha llegado claramente a su fin».

Desde entonces, se ha mantenido firme en su oposición a una resolución de dos estados, citando como razonamiento las preocupaciones de seguridad e ideológicas.

En 2018, dijo que si fuera ministro de Defensa, promulgaría una política de «disparar a matar» en la frontera con Gaza. Cuando se le preguntó si eso se aplicaría a los niños que rompen la barrera, el Times of Israel informó que respondió: «No son niños, son terroristas. Nos estamos engañando».

Durante el último conflicto entre Israel y los militantes dirigidos por Hamás en Gaza, Bennett dijo que los palestinos podrían haber convertido Gaza «en un paraíso».

«Decidieron convertirla en un estado terrorista», dijo Bennett a Becky Anderson de CNN el mes pasado, antes de que se acordara un alto el fuego. «En el momento en que decidan que no quieren aniquilarnos, todo esto se acaba».

Bennett, la «piedra en el zapato» de Netanyahu

Bennett ha sido crítico de la regulación gubernamental del sector privado y de los sindicatos.

«Si hay algo que me gustaría conseguir en los próximos cuatro años, es acabar con los monopolios aquí y romper el dominio que los grandes sindicatos tienen sobre la economía israelí», dijo a The Guardian en 2013.

Bennett junto a su antiguo jefe y ahora rival, el primer ministro de Israel Benjamin Netanyahu.

En otras cuestiones, se le considera comparativamente progresista. A pesar de su origen religioso, durante la última campaña electoral dijo que los homosexuales deberían «tener todos los derechos civiles que tienen los heterosexuales en Israel», informó el Times of Israel, aunque también dijo que eso no significaba que tomaría medidas para garantizar la igualdad legal.

En los últimos meses, Bennett se ha convertido en una piedra en el zapato de Netanyahu, criticando ferozmente su manejo de la pandemia, así como el interminable estancamiento político del país.

Cuatro elecciones en dos años han dejado al país en un estado de incertidumbre, en el que Netanyahu parece a la vez obstinadamente inamovible y perpetuamente a punto de perder el poder.

El mes pasado, Bennett declaró a la CNN que, en comparación con su época en el sector tecnológico y en el ejército, la política israelí era «todo un lío».

Un dúo inesperado

«Después de cuatro elecciones y otros dos meses, nos ha quedado demostrado a todos que simplemente no hay gobierno de derecha posible que esté encabezado por Netanyahu», dijo Bennett en un discurso el domingo, poco antes de llegar a un acuerdo con Lapid, un hombre al que ahora se refiere como su «amigo».

Los dos son un dúo inesperado. Lapid, un carismático expresentador de televisión, ha expresado su apoyo a una solución de dos Estados con los palestinos, así como a medidas para reducir la influencia de la religión en Israel, incluso mediante la creación de matrimonios civiles.

El líder centrista Yair Lapid, otra pieza clave de la coalición que destronaría a Netanyahu (Crédito: DEBBIE HILL/POOL/AFP via Getty Images)

La cuestión de cuánto de su ideología personal Bennett logrará promover, si logra convertirse en primer ministro, es una cuestión abierta.

Ya ha insinuado que el gobierno dependerá en gran medida de negociar acuerdos para funcionar. «La izquierda está haciendo concesiones difíciles para permitirme… ser primer ministro», dijo el domingo. «Todos tendrán que posponer la realización de algunos de sus sueños».

Pero en los próximos días, Bennett se centrará en lograr un sueño más cercano.

Aún no todo está dicho

El acuerdo de coalición debe pasar un voto de confianza en la Knesset, el parlamento israelí, antes de que un nuevo gobierno y un primer ministro tomen posesión.

De acuerdo con las leyes israelíes, la Knesset también debe celebrar un voto de confianza en el plazo de una semana desde que se le notifique formalmente la formación de un nuevo gobierno. Este paso podría no darse hasta el lunes, lo que significa que la votación podría celebrarse tan tarde como el 14 de junio.

Eso significa que todavía hay tiempo para que Netanyahu y sus aliados convenzan a los miembros del parlamento de que deserten de la coalición, o para que de alguna manera se atasquen los procedimientos en el parlamento. Un colapso del alto el fuego con los militantes de Hamás en Gaza u otro acontecimiento externo también podría derribar el floreciente nuevo gobierno.

Pero si la coalición de Bennett y Lapid logra mantenerse firme, pondría fin a semanas (o años) de maniobras políticas y lograría un acuerdo, antes improbable, que llevará a Bennett al cargo más alto de Israel.

— Hadas Gold y Reuters contribuyeron con este informe.

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