(CNN) — El FBI tiene más de 2.000 investigaciones relacionadas con el gobierno de China y abre una nueva «cada 10 horas», dijo el miércoles el director de la entidad a la Comisión de Inteligencia del Senado de Estados Unidos.
En su testimonio, el director del FBI, Christopher Wray, indicó que ningún otro país representa una amenaza mayor para la seguridad económica y los ideales democráticos de Estados Unidos que China, y agregó que su capacidad para influir en las instituciones estadounidenses era «profunda, amplia y persistente».
Los comentarios de Wray se producen en medio de crecientes tensiones entre Washington y Beijing en una variedad de frentes, incluidos presuntos abusos de derechos humanos en la región occidental de Xinjiang en China y problemas relacionados con Taiwán y Hong Kong.
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La directora de Inteligencia Nacional de EE.UU., Avril Haines, y el director de la CIA, William Burns, hablaron junto a Wray en la audiencia del miércoles, que fue el primer testimonio público grupal de los líderes de inteligencia de la nación ante el Congreso de EE.UU. desde 2019.
En particular, Wray identificó una acusación relacionada con una operación del gobierno chino llamada «Foxhunt», que supuestamente involucraba a Beijing ejecutando «actividades ilegales de aplicación de la ley no coordinadas» en suelo estadounidense como un medio para «amenazar, intimidar, acosar (y) chantajear» a miembros de la «diáspora» étnicamente china.
«Es una indicación y una ilustración de cuán desafiante y diversa es esta amenaza en particular», afirmó Wray.
El gobierno de China ve la «Operación Foxhunt» como una campaña internacional anticorrupción dirigida a fugitivos de China, a menudo exfuncionarios o personas ricas sospechosas de delitos económicos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China ha defendido anteriormente las acciones de sus agentes en el extranjero, señalando que «las autoridades policiales chinas observan estrictamente el derecho internacional» y acusó a las críticas de Estados Unidos de estar «impulsadas por motivos ocultos».
La audiencia se produce menos de una semana después de que la comunidad de inteligencia de EE.UU. publicara su Evaluación Anual de Amenazas, en la que advirtió que los gobiernos de China y Rusia tenían como objetivo utilizar la pandemia de covid-19 para aumentar su influencia global.
El informe indicó que Pekín «intensificó los esfuerzos para moldear el entorno político» en Estados Unidos, para tratar de afirmar su influencia política y ahogar las críticas a sus propias políticas, incluida la represión de las libertades civiles en Xinjiang y Hong Kong.
El miércoles, Haines le dijo a la Comisión de Inteligencia del Senado que el gobierno chino tenía capacidades cibernéticas «sustanciales» que, «si se implementan, como mínimo pueden causar interrupciones temporales localizadas en la infraestructura crítica dentro de Estados Unidos».
En julio de 2020, el gobierno de EE.UU. acusó a dos presuntos piratas informáticos chinos que, según las autoridades, habían participado en una «campaña global de intrusión informática generalizada», que incluía intentar acceder a la investigación de EE.UU. sobre el coronavirus Y atacar a activistas de derechos humanos.
«En ningún momento ha sido más importante invertir en nuestras normas e instituciones, nuestra fuerza laboral y la integración de nuestro trabajo», dijo Haines el miércoles.
