Nota del editor: Este es un extracto de la edición del 16 de abril de Meanwhile in America de CNN, el correo electrónico diario sobre política de Estados Unidos para lectores de todo el mundo. Haga clic aquí para leer las ediciones anteriores y suscribirse.
(CNN) — En todo el mundo, la pandemia de coronavirus ha provocado aislamiento, ha suspendido los viajes y ha demostrado que hay pocos lugares donde esconderse de un virus que se aprovecha de la impaciencia. Pero esta época extrema también ha dado lugar a momentos inesperados de humanidad, conexiones personales y entendimiento del mundo, dicen los lectores de «Meanwhile«.
Nueva normalidad en Alemania
Marcia, que en octubre se trasladó desde Indiana (EE.UU.) a Bonn (Alemania), ha visto cómo una nueva ola viral se apodera de su país adoptivo. «Pasé de un entorno de aislamiento (…) a un respiro de casi dos meses en el que pude cenar en restaurantes, tomar copas por la noche en terrazas de bares con vistas al Rin y entrar en todo tipo de tiendas y servicios, necesitando sólo un chorro de desinfectante para las manos y una mascarilla de tela», escribió.
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Ahora Marcia está jugando «un juego ansioso para intentar ganarle a las probabilidades de contraer una versión mutada del virus antes de recibir la vacuna». Pero los cerezos en flor y las gloriosas puestas de sol del casco antiguo de Bonn son motivos de optimismo. «La esperanza también está floreciendo. Puedo sentirla», dice.
La esposa de la fotógrafa trabaja en la oficina de su casa durante la pandemia de coronavirus el 1 de marzo de 2021 en Berlín, Alemania.
Nueva normalidad en Nigeria
Un lector de Nigeria sugiere que muchos de sus compatriotas aún no se toman en serio la amenaza del covid-19, y que la gente está más preocupada por la reciente actividad terrorista que por el virus. «¡La mayoría de la población nigeriana sigue creyendo que el covid-19 es una estafa!» escribe Joshua.
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Nueva normalidad en Inglaterra
En Inglaterra, Elise considera que el hecho de estar totalmente vacunada es «algo reconfortante», pero se está haciendo a la idea de que no podrá visitar a su hija mayor este año en Canadá, donde el virus está aumentando. «Echo mucho de menos cocinar y comer con los amigos, probablemente más que cualquier otra cosa», dice Elise, que se pregunta si se atreverá a ir a su recién reabierto gimnasio.
«El mundo se ha vuelto mucho, mucho más pequeño y, quizás como resultado, a la vez más mezquino y más generoso. Ha sido una época interesante, de la que todos podríamos haber prescindido, creo».
Nueva normalidad en Estados Unidos
Virginia, en Carolina del Norte, depende de los libros, la radio y los documentales en profundidad de Ken Burns para superar la pandemia. También tiene una nueva amiga británica, con la que habla por correo electrónico y por teléfono. «Su ingenio y buen humor han sido estupendos para mantenerme animada y tener alguien con quien hablar, ya que mi familia mixta (mitad demócrata, mitad republicana) evita la política», escribe Virginia.
Nueva normalidad en Kiribati
Hay que alejarse mucho de Estados Unidos para escapar del virus, y el espléndido aislamiento de la república insular de Kiribati, en el Océano Pacífico, ha dado sus frutos. El lector Kuureta informa que la pandemia ha provocado escasez de bienes y alimentos como materiales de construcción y pollo envasado, aunque la reactivación de las líneas marítimas internacionales está empezando a llenar de nuevo los estan
Kuureta piensa en todas las personas cuya vida fue gravemente afectada por la pandemia. «Lo siento, no hay covid-19 en Kiribati. Tenemos mucha suerte y damos gracias a Dios por ello. Rezo por todos los países afectados por el coronavirus».
