El riesgo más grande de Linda Ronstadt

(CNN) –- A finales de los años 70, Linda Ronstadt era la estrella más grande del rock femenino en EE.UU. Ganó consecutivamente varios discos de platino, llenaba auditorios y su belleza engalanaba las portadas de revistas en todo el país.

“Linda era la reina”, asegura Bonnie Raitt en el último film de CNN, “Linda Ronstadt, el sonido de mi voz”. Y agrega… “Era lo que Beyoncé es hoy”.

Pero a comienzos de los 80, Linda Ronstadt se había cansado de tocar en grandes estadios y deseaba probar algo nuevo.

Así que, tras varios años de grabar pop con el líder de la banda, Nelson Riddle, lanzó un álbum de canciones populares mexicanas totalmente en español.

Hoy es complicado hacer entender qué tan audaz fue esa decisión. La discográfica de Ronstadt —como relata en “Sueños simples”, sus memorias— pensó que había perdido la cabeza. “¿Grabar viejas canciones de las rancherías mexicanas?, ¿y todo en español?, ¡imposible!” Recuerda que le dijeron. Para poner en contexto la comparación con Beyoncé, sería como si en el pico de su fama lanzará un disco de canciones de marineros islandeses.

“El hecho de arriesgarse y hacerlo, y de la manera en que lo hizo, fue algo muy valiente”, dice en el film de CNN, Ry Cooder, el aclamado cantante, compositor y productor. Y agrega “mucha gente se habría aterrorizado, como diciendo ‘arruinaré mi carrera’”.

“Canciones de mi padre” salió en 1987 y estuvo 35 semanas en la lista Billboard.

El álbum “Canciones de mi padre” ganó un Grammy y vendió más de 2,5 millones de discos. Y 32 años después se mantiene como el álbum más vendido en la historia de la música grabada en la categoría de idioma extranjero.

El éxito de dicho álbum no es solo un reflejo de los generosos dones de Linda Ronstadt. También es un testamento de su determinación a diversificarse como artista al mismo tiempo que honraba sus raíces.

Linda Ronstadt quería honrar su ascendencia

Millones de oyentes en los años 70 y 80 cantaron al unísono éxitos de Linda Ronstadt  en la radio como “You’re No Good,” “It’s So Easy” y “Blue Bayou”.
Pocos se percataron, sin embargo, que la herencia de la cantante llega hasta México.

Su padre, Gilber Ronstadt, fue un prominente empresario de ascendencia alemana, mexicana e inglesa. Linda creció en Tucson, a unos 60 kilómetros de la frontera con México, canturreando junto a él canciones de mariachis después de las cenas familiares.

“Como familia siempre cantamos en español —dice en el documental—. Y aunque no entendía mucho lo que cantaba, es algo que aprendí a hacer. Algo así como lectura de labios, ¿sabes? Solía camuflarme en armonía con mi padre”.

Ronstadt, rodeada de Ringo Star (izquierda) y Paul Williams, después de ser nombrada mejor cantante pop en los Grammys de 1977 por su álbum “Hasten Down the Wind».

Hacer un álbum de música con mariachis fue algo que Ronstadt quería hacer desde hacía tiempo. A mediados de los 80, tuvo la fuerza para hacerlo posible.

“Fui con el presidente de la compañía discográfica, un hombre al que genuinamente le gustaba la música, y le dije ‘mira he hecho todos estos discos para ti, haré este solo para mí —afirma en el documental—. Tal vez esto sea egoísta, si vende dos copias no me importa, pero si no puedo grabar esta música, moriré’”.

“Ahí está la historia completa de Linda Ronstadt, justo ahí dentro de una cáscara de nuez —asegura el productor John Boylan—. Linda decidiendo que quiere hacer algo, la compañía diciéndole que no puede; ella sigue y aun así lo hace… y se suman cuando la cosa empieza a despegar”.

Ella inspiró a una generación de mexicoestadounidenses

Ronstadt promocionó el álbum en todos lados, desde “Saturday Night Live” hasta “Plaza Sésamo”, donde cantó “La Charreada” junto a una banda de mariachis de marioneta. (Coincidentemente, tanto Ronstadt como Plaza Sésamo fueron reconocidos ese año por el Kennedy Center Honors por su contribución cultural”).

“Canciones de mi padre” no fue un éxito inmediato, al colocarse en el puesto número 42 de la lista Billboard. Pero el álbum se vendía y se vendía.

Tal vez lo más importante es que se convirtió en un referente para la generación mexicoestadounidense, la cual no estaba acostumbrada a ver su cultura abrazada por los grandes medios.

El presidente Barack Obama le otorga la Medalla Nacional de las Artes, en la Casa Blanca, el 28 de julio de 2014.

“Ver a Ronstadt cantar en español a nivel nacional en la televisión, la portada de su disco publicada en los diarios nos enseñó que estaba bien ser mexicano y no tener que pedir disculpas, sin importar que tan acostumbrados pudiéramos estar”, escribió Gustavo Arellano en su columna para Los Ángeles Times en 2017.

“Con ‘Canciones’ ella hizo algo revolucionario. Generaciones anteriores de enormes artistas estadounidenses no le dieron importancia a su origen étnico para poder atraer así a la mayor cantidad de audiencia posible —agregó Arellano—. Ahora vino Ronstadt, muy metida en su carrera, con un anuncio audaz: ‘soy mexicana ¿y qué con eso?’”.

Su triunfo ayudó a abrir camino a las generaciones más jóvenes de cantantes pop mexicoestadounidenses como Selena Gómez o Demi Lovato. Y desde hace 3 décadas, con “Canciones”, las influencias latinas se han convertido en algo mucho menos exótico dentro de la cultura estadounidense.

Pero en 1987, Linda Ronstadt fue un talento único y una pionera inigualable. CNN presenta este viernes 1 de enero “Linda Ronstadt, el sonido de mi voz”.

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